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Historia y respeto de la casa común

Historia y respeto de la casa común

La Ciudad de Natá de Los Caballeros se conoce en su “Historia Colonial”, por ser la más antigua del Litoral Pacífico de América Latina, que aún se mantiene viva en el sitio donde fue fundada y erigida como Colonia Española. Hoy 20 de mayo de 2018, cumple 496 años de su fundación, próxima a sus 500 años, de vida e historia.

Esta remembranza, facilita anotar el legado histórico y de fe, que dejaron los conquistadores españoles en los pueblos originarios, integrados por los hermanos indígenas, pobladores organizados por el talento y la sabiduría de su esfuerzo, por la lealtad a su ambiente, a su propia cultura y al desarrollo de sus propios principios de humanidad.

Los natariegos de este siglo, han sabido respetar y conservar con mística, los instrumentos de fe y eclesiales legados en ese proceso de conquista. Con su propio es-fuerzo han dignificado su trabajo y principios humanos, de manera muy silenciosa y tal vez pasiva; han sabido preservar sus raíces y mezcla de su raza, pero con el orgullo permanente de conservar la fe y esperanza de ese “ser divino”, que desde esas acciones de conquistas, fijó en estas tierras el mejor santuario de la iglesia de todos los siglos de la humanidad, que en estos tiempos permite venerar a santos cercanos al divino maestro, como Santiago apóstol y San Juan de Dios.

Hoy casi en sus cinco siglos y con la presencia espiritual del papa Francisco, se vincula con fuerza su mensaje permanente, al reiterarnos con énfasis la necesidad de cuidar esa casa común que es el “ambiente y la naturaleza”.

Se consigna esta relación histórica con los mensajes y visión del papa Francisco, con dos artículos del panorama católico de 22 de abril de 2018, los cuales sustentan la tarea que se desea sembrar en este siglo XXI, del Natá de los caballeros. El primer artículo hace referencia a la “encíclica Laudato Si, en donde el papa advierte sobre la contaminación del medio ambiente y el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la disminución de la calidad de la vida humana, la destrucción de la sociedad y desigual-dad global.

De la reseña que presenta Manuelita Núñez, citamos “el núcleo de la propuesta es una ecología integral, como nuevo paradigma de justicia”. Estos planteamientos permiten interrogarnos: ¿estará el papa, describiendo la realidad panameña? Además, el artículo titulado: “estemos en paz con la naturaleza”, del Padre Luis Núñez, en donde expresa: “estas son algunas ideas, se puede hacer mucho más por cuidar nuestra casa común y así con la estrofa de un canto eucarístico, podemos estar en paz con la naturaleza y debemos respetar cuando en ella trabajamos por el bien de la humanidad”.

Ambos artículos son dignos de hacer un análisis, a todas voces, para acompañar al papa francisco, en esa misión permanente que asume, para que el mundo, quiera su casa común y le ofrezca el cariño y respeto, que le corresponde, por el bienestar que nos regala.

Empresas de la región, en su gestión de responsabilidad social han unido esfuerzos para cuidar la casa común, respetando y amando ese medio ambiente, regalo maravillo-so que cada día ofrece Dios Todo-poderoso.

Además se han impulsado programas educativos de amor y conservación al ambiente y la naturaleza, que se han iniciado, para motivar a los niños y jóvenes del país, quienes tendrán la responsabilidad inmediata de “cuidar nuestra casa común”.