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La Niña Anita: una mujer excepcional

La Niña Anita: una mujer excepcional

La señorita Ana María Moreno, para todos los santeños, la “Niña Anita”, fue una mujer excepcional; entregada en cuerpo y alma a la iglesia, a ayudar a los pobres, a los niños y a aconsejar a todo el que podía pero de un carácter muy fuerte y todos la respetábamos.

Cuando yo era un niño, allá por los años 40, asistía con mi hermana a los “Catecismos” organizados por ella. Eran reuniones para niños en la iglesia San Atanasio de La Villa de Los Santos en la que se oraba, escuchábamos cuentos, consejos, historias bíblicas y se entonaban cánticos de alabanza. Recuerdo muy bien uno que decía:

Vamos niños al Sagrario,

que Jesús llorando está,

pero viendo tantos niños

muy contento se pondrá.

A los varones que teníamos buena conducta y asistíamos los sábados regularmente, nos obsequiaba un pequeño crucifijo de plástico de diferentes colores y a las niñas, las premiaba con una medallita de metal con la imagen de la Virgen María.

Cuando no existía la “Casa de San Juan de Dios”, patrono de los pobres, esta excepcional mujer recibía a los menesterosos que llegaban de todas partes en su propia casa atendiéndolos personalmente y con la ayuda de familiares y amistades, proporcionándoles comida, refrescos y todo lo que ella podía. Otras personas, animadas por el ejemplo de ella, también les hacían obsequios y les daban algo de dinero.

Las festividades de Semana Santa, patronales y otras actividades religiosas, eran organizadas y dirigidas por la Niña Anita.

Ojalá la Santa Sede, en algún momento, nos dé la alegría de tener a una beata en La Villa de Los Santos.

Me enteré por artículos publicados en la edición pasada, que existe la misma posibilidad para el padre Moisés González Crespo, movimiento promovido también por el padre Pedro Moreno de la parroquia Nuestra Señora de Los Ángeles. Ojalá se concreten los dos movimientos