La opinión que más importa

La opinión que más importa

¿Cuántas veces le hemos dado tanta importancia a lo que opinen los demás de nosotros, que permitimos que esto afecte nuestras vidas? No sé cuál sea su respuesta, pero en mi caso, en más de una ocasión, me ha pasado.

Vivimos muy pendientes de los demás, y tratamos de que lo que somos o hagamos agrade a todos a nuestro alrededor. Nos importa mucho lo que piensen de nosotros, y es allí donde fallamos.

Hace unos días, un sacerdote nos invitaba a vivir una vida que fuese agradable a Dios; y nos decía que lo que debía importarnos verdaderamente es lo que piense Dios de nosotros, no lo que puedan decir las personas que nos rodean, y esto es una gran verdad. Todos somos diferentes y a la vez tan únicos para Dios, que no deberíamos desgastarnos y preocuparnos tanto por opiniones que puedan tener los demás de nosotros, en ocasiones sin fundamento; porque a la larga lo que importa es tener una vida que agrade a Dios. Una vida basada en el amor, la Palabra de Dios y los Mandamientos.

Todos tenemos virtudes y defectos; debemos aprender a aceptarnos y a comprendernos; y aunque no es nada fácil, es importante que lo intentemos. Dios nos regaló  la vida para que seamos felices, y eso se logra viviendo como hermanos y, por supuesto, respetándonos también.

Apreciadísimo amigo lector, hace unos días encontré algo que escribí hace un tiempo y curiosamente va muy ligado a este artículo; decía: Tú no eres lo que dice la gente de ti. Tú eres lo que Dios dice de ti. Si Él está contento contigo, puedes entonces estar contento tú.

Mi buen amigo lector, no pierda el sueño tratando de agradar a los demás o frustrándose por lo que piensen de usted. Viva tranquilo y feliz. Haga el bien para que Jesús esté contento, porque esa es la opinión que importa.