La responsabilidad de informar para la JMJ Panamá

La responsabilidad de informar para la JMJ Panamá

El camino de preparación hacia la Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019 sigue su curso, y en el área de comunicación, el trabajo de formación está siendo arduo, por lo que el fin de semana se desarrolló un taller para comunicadores organizado por la Oficina de Comunicación y Prensa de la Arquidiócesis de Panamá.
El lema de este importante encuentro fue “Jóvenes comunicadores, protagonistas de la JMJ Panamá 2019”, y su finalidad fue crear un espacio para conocer a todos los que realizan algún servicio de comunicación en la Iglesia, lograr organizarlos en equipos vicariales de pastoral de comunicación y desarrollar una estrategia de cara a la JMJ.
El responsable del desarrollo del taller fue el Padre Pedro Pablo Aguilar, Director del Departamento de Medios de la Conferencia Episcopal Venezolana, quien insistió a los participantes en que el trabajo de comunicar no es simple, y que debe ser realizado de manera responsable.
“Cuando comunicamos, debemos hacerlo con profesionalidad; hacer las cosas bien, que sean excelentes, de calidad. Tenemos que pensar en grande y estar seguros de que tenemos la capacidad de hacer las cosas bien, aplicadas a la Iglesia”, dijo el Padre Pedro.
Agregó que siempre debemos estar informados, pues somos fuentes no oficiales de información; leer, investigar, conocer, de modo que tengamos argumentos para responder preguntas y transmitir de forma correcta la información.
Los más de 100 jóvenes que participaron del encuentro, realizaron junto al Padre Pedro un ejercicio sobre manejo de voz y la entrevista, para saber cómo debemos enfrentarnos a los periodistas, y la preparación con la que debemos contar para responder con seguridad, sencillez, humildad, pero sobre todo con la verdad.
Conversaron también sobre la buena imagen y las expresiones de las manos en una entrevista. El Padre Pedro dejó claro que no se deben cruzar los dedos, los brazos, las manos y los pies, así mismo, nunca cerrar los puños, pues transmitimos al receptor una imagen negativa.