,

Los cónyuges que saben trabajar en equipo

Los cónyuges que saben trabajar en equipo

Los esposos que trabajan en equipo son como un piloto y un copiloto con el mismo plan de vuelo. Están enfocados en esforzarse para lograr los mismos planes y metas en torno a la familia.

El trabajo en equipo es esencial en el matrimonio. Si su esposo y usted no fueran equipo, solo serían compañeros de vivienda: dos personas que viven juntas, pero que no se ponen de acuerdo para tomar decisiones importantes.

Si los cónyuges no trabajan en equipo, cuando surge un problema, se atacan entre sí en vez de atacar el problema y, al final, lo que era un asunto de poca importancia se convierte en un problema grave.

Lo importante es entender que no deben desgastarse entre ustedes para imponerse ante el otro, ciertamente no importa quién tiene la razón. En vez de pensar en cómo puede ganar usted, piense en cómo pueden ganar los dos.

Lo que importa es que haya paz y unidad en el matrimonio y por ende en la familia.

¿Qué puede hacer?

La Palabra de Dios en Filipenses 2:3, 4 nos dice: «Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo, buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás.»

Hable con su pareja y pregúntense: ¿en qué aspectos del matrimonio consideran que trabajamos bien en equipo y en qué aspectos podríamos mejorar?

Desde ese momento pueden tomar medidas para trabajar mejor en equipo.

Caben las diferencias

Es un error pretender formar un equipo sin esperar desafíos y problemas. Son estas cosas las que unen más y fortalecen, de adentro hacia fuera.

Un equipo que ha decidido trabajar unido y con el mismo objetivo debe saber que en esta unión caben las diferencias, pero esas diferencias se resolverán sin tanto drama, sólo es cuestión de actitud y de creer que sí somos capaces. Aquí no caben los celos ni los juegos de poder porque las dos fuerzas quieren y desean lo mismo.

Trabajar en equipo en la pareja es sacar lo mejor del otro, potenciar sus virtudes y sus cualidades y dejar que las utilice en beneficio de ese proyecto común que es la relación y la familia.