En las etapas evolutivas del cristiano, el paso a paso hacia el encuentro
con Cristo muchas veces se manifiesta por un conducto muy espiritual que es llevado por el Espíritu Santo y que no es más que el resultado de un proceso de fe muy determinante en el camino del joven dado un momento especial
Cuando encontramos a Dios y nos unimos a él en estrecha relación por medio de la oración, de la lectura de Palabra y del constante testimonio hacia los demás, es cuando veremos que esta etapa de unión posee ciertas experiencias místicas y es algo que pocos jóvenes logran pero, que gracias a estar abiertos y abiertas a ella, es donde el Señor nos va mostrando importantes niveles de crecimiento espiritual, y son estos los que van determinando cuanto impacto habrá en nuestras vidas.
La espiritualidad vista desde otro ángulo es una unión de contrarios porque es además una actividad pasiva, es precisamente ese dejar y dejarse hacer, movernos y dejarnos mover, hablar y escuchar, proponer y aceptar propuestas. Es esa hermosa realidad que en la Biblia llamamos Alianza y que es lo central de toda la Escritura.Dios no está solo, ni nosotros
lo estamos, en este encuentro ambos estamos unidos en un mismo palpitar de comunión, de misericordia y amor. Cuando descubrimos esta maravillosa experiencia nos damos cuenta que Dios ha trabajado en nosotros un gran camino a la santidad y esta será la gloria al lograr esa meta final: el cielo.
Decir que creemos no basta, hay que articular todas las herramientas para lograr el propósito que Dios tiene en nosotros: la Santidad y finalmente el Cielo. “No desmayemos jóvenes, sigamos luchando, perseverar es importante siempre”.
