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Pedir disculpas, reafirma tu personalidad

Pedir disculpas, reafirma tu personalidad

Todos nos equivocamos; somos humanos y no siempre es fácil llevarse bien con todo el mundo todo el tiempo. A veces herimos los sentimientos de la gente sin querer; a veces somos deliberadamente malos con alguien y después nos sentimos mal… así que pedimos disculpas.

Una disculpa sirve para demostrar que lamentamos el daño que hemos causado, por más que no lo hayamos hecho a propósito. Es una forma de decir que somos conscientes de lo que hicimos y que trataremos de ser mejor en el futuro.

¿Pero, por qué disculparse?

La psicóloga Lorena Barragán destaca que no hay nada malo en sentirse mal y aceptar que se ha cometido un error…. “mucho menos en sentir ganas de disculparse, pues precisamente ésta es una herramienta para construir buenas amistades y relaciones”, dijo.

Agrega que decir que “lo siento” es más que solo palabras, pues también estás diciendo que respetas a la otra persona y te preocupas por sus sentimientos; disculparse muestra que tienes empatía.

Pero cuidado, porque a veces, un “lo siento” sincero arregla todo de inmediato, pero otras veces, puede ser que tome un tiempo para que alguien pueda superar los sentimientos de enojo.

Tal vez la persona necesite algo de tiempo; incluso después de decir que lo sientes, es posible que todavía te sientas mal por lo que dijiste o hiciste, pero puedes sentirte bien por disculparte, arreglar el error, o decidir actuar de mejor manera.

¿Y qué pasa si te han hecho daño?

Barragán señala que es muy simple… “Cuando alguien te pide disculpas, puedes recibirlas y estar dispuesto a perdonarlo por lo que haya pasado y seguir adelante, o puede que no tengas ganas de volver a ser amigo de esa persona de inmediato”.

La especialista además resalta que si alguien sigue haciéndote daño y pidién-dote perdón sin hacer un esfuerzo para cambiar, es probable que no quieras pa-sar más tiempo con esa persona.

Además sólo porque alguien te pide disculpas no significa que tengas que ser su amigo. “Es de buena educación aceptar y reconocer una disculpa, pero cualquier cosa más allá de eso depende de ti”, concluye