Una lucha interna, que no se ve…

Una lucha interna, que no se ve…

Con tan solo un «click», hoy puedes encontrar en internet y en las redes sociales, la posibilidad de viajar a lo interno de la selva para tener un encuentro con chamanes en la que se ofrece vivir una experiencia única, sanadora e inolvidable, a través del consumo de sustancias extraídas de plantas ancestrales.

Ésta es una práctica peligrosa que está tomando auge y que puede terminar con la pérdida de vidas humanas. Quien no está informado, o no tiene conocimiento del tema, puede sentir curiosidad, sin saber que ésta es una de las decisiones más peligrosas que se puede tomar en la vida.

A pesar de que esta clase de rituales sí existe, es real y sagrado para los indígenas de estas regiones, las consecuencias para quienes no están acostumbrados, pueden ser fatales, advierten expertos en el tema y quienes han pasado la experiencia.

Estos rituales, con la popular planta ayahuasca, se están utilizando para atraer a personas, sobre todo jóvenes, a participar, y vivir una experiencia “supuesta-mente espiritual”, que lo que real-mente provoca es un encuentro a lo más cercano de la muerte. Esta planta es tan dañina, que golpea la estructura mental de la persona y la estira más allá de su límite.

El testimonio de Jaime Chérigo, un joven que tuvo cuatro experiencias de consumo de esta droga, ayahuasca, así lo demuestra, pues quiso experimentar y la curiosidad lo llevó a esta situación peligrosa.

Se trata de un joven de 25 años, diseñador gráfico y sin ningún tipo de adicción, que atraído por la curiosidad y motivado por la invitación de un conocido entra a un mundo desconocido. Inició con hongos alucinógenos, y luego probó marihuana, todo, sin tener conocimiento del poder que esto tiene sobre la mente.

Posteriormente es invitado a una ceremonia fuera del país en la que se promete la vivencia de experiencias nuevas y espirituales, tomando el té de ayahuasca. Lo presentan como algo celestial, a tener contacto con los ángeles, total relajación y cero estrés.

“Cuando pruebas ayahuasca, no se sabe cómo reaccionará el cuerpo, estás metido en la selva, sin comunicación, con personas desconocidas, no tienes ayuda. Es como estar en una película de terror, en un mundo peligroso”, asegura.

Dijo que al tomar esta planta se experimentan percepciones sonoras y visuales fuera de lo normal. En su caso personal, Jaime se despertaba en la madrugada con desesperación, tenía taquicardias y escalofríos, pesadillas, dificultad para concentrarse y pensar, des-orientación, perdía el hilo en las conversaciones y no podía socializar. También tuvo fobias de impulsión, es decir impulsos de hacer cosas sin razón como tirar cosas, golpearse, hacerse daño.

Describió que presentaba cuadros de ansiedad sin explicación, ataques de pánico; y que lo más feo fue sentir que había algo dentro de su cabeza que le daba órdenes y manipulaba sus pensamientos.

Sus amigos también se vieron afectados, y fue la muerte de uno de ellos, lo que le animó a recuperarse y a servir de testimonio para otros jóvenes, a no participar de estas ceremonias, y a no consumir ningún tipo de drogas.

Hoy pertenece a la Fundación Serena Mente, fundada por la madre de este amigo que falleció, en la que se encarga de contar a jóvenes, lo cerca que tuvo de morir, gracias al consumo de ayahuasca.

¿Qué provoca la búsqueda de estas alternativas?

La doctora Juana Herrera, psiquiatra con especialización en adicciones, ha atendido ya este tipo de casos, y señala que la mayoría de los jóvenes consumen o buscan este tipo de sustancias porque se sienten solos.

Asimismo explica que el perfil de los consumidores es la falta de afecto, y que la droga les da un sentido de apego ausente en casa, sin saber los efectos adictivos.

“Este tipo de sustancias se venden como medicinales a quienes no tienen la costumbre de consumirlas, y provocan alucinaciones visuales y auditivas, que generan conductas inapropiadas”, destaca.

Agrega que estas drogas que vienen de las plantas naturales estimulan el sistema nervioso central, y después provocan un bajón; es allí donde se producen las voces, y en donde aparecen los verdaderos efectos de la sustancia que te mandan a hacerte daño, y que pueden terminar en casos de suicidios.

Su uso no es un misterio

“Nosotros los jóvenes manejamos todo tipo de información, y en el caso del uso de drogas, mu-chas veces sólo nos falta la experiencia, el hecho en sí…”, señala Juan Carcache, refiriéndose a que muchas veces los padres están ciegos, y creen que esta realidad está lejos de tocar a sus hijos.

El joven de 16 años asegura que hace falta más información a los papás y a la sociedad sobre estos temas, porque cuando se presenta el problema en un hijo, lo más razonable es buscar información y orientación especializada.

Lo mismo piensa Eduardo Díaz, quien ve como interesante las orientaciones que se puedan dar en cuanto a temas de salud mental y el uso de sustancias psicotrópicas.

Con solo 17 años, hace un llama-do a los padres de familia a estar más pendientes de sus hijos, porque reconoce que conseguir estas drogas es muy sencillo… “aunque piensen que sus hijos no están metidos en esos asuntos, pueden estar equivocados y darse cuenta demasiado tarde”, dijo.

Detalles

  • La ayahuasca se obtiene mezclando dos plantas. Una, la propia ayahuasca y otra llamada chacruna. El alucinógeno está en las hojas de la chacruna, que contienen DMT, o dimetiltriptamina.
  • Se suele beber, aunque también se puede fumar o inyectar. Las alucinaciones comienzan unos 40 minutos después del consumo. Alcanzan su máximo efecto una hora después.
  • Las diarreas y vómitos son habituales. Puede provocar taquicardia. Entre los efectos psicoactivos es frecuente la evocación de recuerdos unida a una fuerte introspección e hipersensibilidad sensorial. También puede derivar en ansiedad y paranoia.
  • En una sociedad que busca soluciones rápidas a un modo de vida que provoca estrés y ansiedad, este brebaje está calando en diversos sectores de la población, y hasta se realizan tours para participar de estas ceremonias.

Un coqueteo que lleva a la muerte

Preocupados por el problema que confrontan muchos jóvenes al iniciarse en el consumo de sustancias y drogas, que en muchos casos deriva en tendencias suicidas, la parroquia San Lucas de Costa del Este organizó un taller para concienciar a padres de familia y jóvenes sobre este problema, y acompañarles de la mejor manera en el manejo de esta situación en el hogar.

Los encargados del desarrollo del taller fueron los miembros de la Fundación Serenamente, quienes desde la voz testimonial de Jaime Chérigo, mostraron la terrible realidad que trae consigo el consumo de estas sustancias alucinógenas.

El padre Miguel Ángel Ciaurriz destaca que la idea de esta actividad era poner ante los padres de familia este tema, de modo que puedan detectar algunas señales que les hagan ver si sus hijos están metidos en este mundo.

“En nuestra parroquia se han vivido varios casos de suicidio, y la causa in-mediata muchas veces es la depresión, por lo que vemos preocupante esta realidad y queremos ayudar y orientar a adultos y jóvenes”, destacó.

Por otro lado, catequistas señalaron que en el compartir con los jóvenes, pueden darse cuenta de cómo se sienten ellos por dentro. “Muchas veces se sienten vacíos, tristes no tienen con quien conversar y es precisamente allí que otras personas se aprovechan y les ofrecen estas sustancias prometiéndoles alivio.

El mundo de las drogas no distingue entre clases sociales; así como este flagelo está latente en barrios de clase baja, lo está también entre las familias de clase pudiente del país. La única diferencia es la forma en la que se presenta.