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“Yo no dejo mis raíces, ni dejo mis molas”

“Yo no dejo mis raíces, ni dejo mis molas”

“Los jóvenes no aman la cultura, les da pena, la desconocen no se sienten identificados, a pesar de llevarla en la sangre, muchos adultos han optado por hacerse capitalinos y olvidan sus raíces y eso no esta bien”, dijo Briseida Iglesias.

En un particular encuentro entre grupos indígenas conocí a Briseida. Mi primera impresión fue referente a su carácter alegre, su voz firme y valores definidos, cualidades que trasmitía en el baile guna que ese día danzaba con tanta gracia.

Su residencia actual es Vista Alegre, Arraiján en la provincia de Panamá Oeste; sin embargo, la tierra que la vio nacer hace 63 años es Ustupu, en la comarca Guna Yala.

Desde pequeña con sus abuelos ha pertenecido tradicionalmente a la sociedad Guna, donde cultivó ese amor a sus tradiciones, a su cultura. Sus abuelos le educaron sobre quién es y de dónde viene, la educación popular que ella aprendió es de su familia.

Acude a las misas en la capilla San Miguel Arcángel, en El Chumical de Arraiján donde celebran en lengua guna y al igual que otras mujeres allí, ella disfruta mucho escuchar al sacerdote expresarse en su lengua natal porque se sienten más cerca del misterio de la Eucaristía que les transforma la vida a todos.

Se casó muy joven, en esos tiempos no había terminado el colegio y su esposo la motivó a seguir adelante. “Él tomó la de-cisión de traer a su familia para que tuviean una mejor oportunidad de estudio y desarrollo y yo lo apoyé, le estoy más que agradecida porque él me motivó para ser la mujer que soy”, relató.

En la actualidad esta dama tiene cuatro hijas, dos hijos y 13 nietos. Reconoció que es fundamental volver a la educación de antes, en donde el hogar, los valores son importantes para incluso ser parte de una comunidad donde todos son diferentes, pero, les une un solo sentir.

Una de sus mayores cualidades es la firmeza en sus convicciones. “No puedo renunciar a lo que soy, mi identidad, mi cultura, cuando fui al Instituto Nacional para seguir mis estudios, me negaron mi derecho de estudio, me exigían cambiar mi ropa guna por eso no estudié allí, nunca me atreví a dejar mis molas”, sos-tuvo Iglesias.