,

Cuando el amor adolescente toca a la puerta de nuestros hijos

Cuando el amor adolescente toca a la puerta de nuestros hijos

El primer noviazgo no tiene por qué ser una amenaza, sino una oportunidad para fortalecer la relación familiar.

 

Por Frank Suárez /@franksosterapias

La adolescencia es un período de grandes cambios. El cuerpo se transforma, las emociones se intensifican, las ideas evolucionan.   

 En medio de esta etapa, surgen nuevas experiencias afectivas. Una de las más significativas es el primer noviazgo, que suele llegar como una sorpresa, tanto para los jóvenes como para sus padres.  

 Frente a este momento, ¿qué hacer como papá o mamá? ¿Cómo actuar sin imponer ni permitirlo todo? ¿Cómo guiar sin asfixiar?  

 Lo primero es recordar que, aunque los hijos crecen, aún necesitan orientación. Esta etapa se vive con intensidad, pero también con muchas inseguridades. Por eso, la presencia cercana de los padres es fundamental, no como jueces, sino como acompañantes.  

 

Abrir el diálogo   

No esperes que lo cuenten todo. Procura crear un ambiente donde se sientan escuchados, no juzgados.  

 Pregunta cómo se sienten, qué valoran de la persona que les gusta, qué esperan de una relación. Esa apertura los ayuda a reflexionar sobre lo que realmente buscan y necesitan, más allá de lo que muestran las redes sociales o dicen los amigos.  

 Si en casa, el amor se expresa con respeto, paciencia y oración, tendrán una referencia sólida sobre cómo debe vivirse una relación sana.  

 Mostremos que amar también implica cuidar, decidir con responsabilidad, pensando en el bien del otro. 

 

Recordar el valor de la castidad 

El noviazgo no es un juego ni una moda. Es una relación que requiere entrega y madurez. Hablen sobre la pureza, no como una prohibición, sino como un regalo que protege la dignidad y prepara el corazón para amar auténticamente. 

 

Fomentar vínculos sanos  

No todo acercamiento debe convertirse en noviazgo. La amistad también forma el carácter. Ayúdalos a distinguir entre un gusto pasajero y un aprecio verdadero.  

 Anímalos a construir relaciones que aporten a su crecimiento personal, espiritual, académico y social.  

 

Descubrir el amor en la adolescencia es parte del crecimiento.

A los jóvenes que nos leen 

Vivir tu primer amor puede ser una experiencia hermosa si la asumes con responsabilidad y pones a Dios en el centro.   

 No temas hablar con tus padres, expresar tus dudas o pedir consejo. Eso no es debilidad, sino sabiduría. No te dejes presionar. El amor verdadero espera, escucha, respeta. No necesitas tener pareja para sentirte valioso. Tu identidad está en Dios.