Encuentro de Mini Atrevidos es un espacio privilegiado para evangelizar el corazón de los más pequeños del Reino de Dios.
Por Enrique Brathwaite
Si el encuentro juvenil “Solo para Atrevidos 2025”, realizado semanas atrás en el gimnasio de la Parroquia Inmaculada Concepción, en Altos de San Francisco, corregimiento de Guadalupe en La Chorrera, fue una experiencia inolvidable, el “Mini Atrevidos 2025” superó todas las expectativas.
El pasado sábado 18 de octubre, unos 500 niños de 7 a 13 años vivieron una verdadera fiesta de fe. Bajo el lema “Niños que viven en el amor de Jesús, siembran esperanza” (cf. Rm 5, 5), los chicos abarrotaron el gimnasio parroquial con sonrisas, emoción y corazones abiertos a la gracia de Dios. Habían llegado desde muy temprano junto a sus padres y adultos responsables para su encuentro con Jesús.
Acercarse a Jesús
Oración, alabanzas, cantos, dinámicas, juegos, formación y mucha alegría marcaron la XXI versión de este encuentro, donde los niños tuvieron la oportunidad de acercarse a Jesús y descubrir que Él los ama, los conoce y camina con ellos.
Aychell Ávila, coordinadora de la Pastoral de Niñez y Adolescencia, y responsable del Mini Atrevidos, explicó que esta experiencia se realiza ininterrumpidamente desde hace más de 20 años e, incluso, se mantuvo de forma virtual durante la pandemia en 2020, como un espacio privilegiado para evangelizar el corazón de los más pequeños.
Recordó también que, años atrás, el encuentro se desarrollaba durante dos días, pero aun teniendo solo una fecha, “la semilla de la fe sigue dando fruto en cada niño que participa”.
Mucho entusiasmo
La energía de los participantes fue evidente. Marco González no dejó de saltar, cantar y aplaudir junto a los animadores y al dinámico coro, mientras que la pequeña Andrea Ábrego compartió cuánto disfruta aprender más de Jesús con sus amigos. También los padres valoraron la iniciativa: la comunidad, la fe y la amistad se unieron para fortalecer los hogares, como lo expresó la madre de dos participantes, Marlo Quirós, al recordar que la familia es la primera escuela de amor y fe.
Bendición especial
El encuentro culminó, puntualmente, al mediodía con una oración de acción de gracias, presidida por el párroco Jorge Rivera Rodríguez, de la parroquia Inmaculada Concepción, quien elevó a Dios una bendición especial por todos los niños, sus familias y los servidores que hicieron posible esta Jornada.
