Este 7 de junio celebraron 10 años de haber abierto sus puertas en Panamá. Desde entonces, más de 150 jóvenes madres han tenido la oportunidad de reconstruir sus vidas.
Por Marianne Colmenárez
Justo al lado de la capilla Virgen del Carmen de la comunidad de Felipillo, se encuentra el Centro Las Claras. Es una obra impulsada por la fundación Voces Vitales Panamá, que ha transformado la vida de más de 150 adolescentes que, tras convertirse en madres, fueron apartadas por la sociedad y hasta por sus propias familias.

“Muchas llegan sintiéndose culpables, escuchamos mucho la frase ¡metí la pata! Les enseñamos a reflexionar que no era el momento adecuado, que su vida no se detuvo; las convencemos de que pueden continuar con su proyecto de vida, solo necesitan otra oportunidad”, dijo la psicóloga Mayte Domínguez, directora del centro.
Para la trabajadora social de la institución, Desiré Cedeño, este lugar se ha convertido en un refugio seguro. “Aquí llegan para reencontrarse con su valía, encuentran personas que creemos en ellas y que podemos potenciar sus habilidades y valores, sacando lo mejor de cada una”, afirmó.
El objetivo de Las Claras es romper ese ciclo de pobreza y exclusión. Las chicas que ingresan al programa deben tener entre 15 y 19 años, haber cursado hasta tercer año de secundaria y tener un solo hijo. En casos excepcionales, se han aceptado jóvenes de hasta 21 años.
Un camino de tres fases
El programa académico de Las Claras tiene una duración de 16 meses y se desarrolla en tres fases bien estructuradas.

La primera fase está centrada en el fortalecimiento emocional. Durante cuatro meses, las jóvenes participan en módulos sobre crianza positiva, habilidades sociales, educación sexual, estimulación temprana, proyecto de vida y convivencia ciudadana.
“Esta etapa es vital, se centra en la estabilidad emocional de la joven para que pueda prepararse para el estudio. Se realiza una prueba psicológica y se le brinda atención personalizada. Trabajamos su motivación y autoestima”, explicó Mayte Domínguez.
Cabe destacar que los módulos de esta fase fueron certificados a través de una investigación de la Universidad Santa María la Antigua.
La segunda fase es netamente académica. Las participantes cursan un bachiller en comercio y un técnico en asistente administrativo, con el apoyo de docentes y del Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano, Inadeh.
También reciben formación en informática, educación financiera y habilidades para el empleo.
En la tercera fase, realizan una práctica profesional de 240 horas en empresas aliadas. En esta etapa, aprenden cómo hacer su hoja de vida, cómo vestirse y desenvolverse en una entrevista y en el campo laboral.
Aunque la deserción escolar es una realidad constante, los logros alcanzados valen el esfuerzo. “Cuando vemos a esas jóvenes graduadas, sabemos que todo ha valido la pena”, aseguró Domínguez.
El programa completo es gratis. Las estudiantes asisten de lunes a viernes, de 7:00 a.m. a 3:00 p.m.
No están solas
A lo largo del proceso, las jóvenes cuentan con un equipo de psicólogas, trabajadoras sociales, personal de estimulación temprana y docentes. Además, pueden traer a sus hijos, quienes son cuidados en salas de estimulación para bebés, que se ubican según su edad.
“Queremos que ellas mismas sigan criando a sus bebés, y que lo hagan desde una crianza consciente y positiva, sin romper el vínculo afectivo”, señaló Mayte, directora del centro.

Aporte a la comunidad
Además del programa para madres adolescentes, la fundación Voces Vitales impulsa otras iniciativas, como el programa de educación integral para estudiantes de primer a sexto grado.
Asisten de Las Garzas, Pacora, Tanara, entre otras comunidades cercanas. Reciben refuerzo en lectoescritura y habilidades numéricas.
Durante las vacaciones escolares, el centro organiza los Veranitos, espacios donde las propias jóvenes de Las Claras participan como facilitadoras de las actividades.
También hay un centro de estimulación temprana que atiende a niños desde 1 a 48 meses de edad, que son referidos por centros de salud cercanos.
Redes de apoyo
Voces Vitales Panamá forma parte de Vital Voices Global Partnership, una red internacional con sede en Washington D.C., impulsada por Hillary Clinton y otras líderes mundiales comprometidas con el empoderamiento de las mujeres.
Inspiración para nuevas generaciones

El Centro Las Claras lleva su nombre en honor a Clara González, figura emblemática en la historia de Panamá por su lucha en favor de la justicia y la equidad de género.
En 1922, se convirtió en la primera mujer panameña licenciada en Derecho, y más adelante, en la primera latinoamericana en obtener un doctorado en Leyes por la Universidad de Nueva York.
“Cada joven que estudia acá tiene una Clara González dentro, una mujer que, a pesar de las adversidades, decidió salir adelante”, afirmó Mayte Domínguez.