Panamá Oeste se une al Jubileo mundial con signos concretos de compasión y consuelo a los enfermos y personal médico.
Por Marianne Colmenárez
Conmovidos por el llamado del Papa Francisco a vivir el Jubileo de los Enfermos y del mundo de la sanidad, la Pastoral de la Salud de la Vicaría San Francisco de Paula, en la zona de Panamá Oeste, realizó una intensa jornada espiritual y formativa en el Hospital Nicolás A. Solano de La Chorrera.

Los días 4 y 5 de abril desarrollaron una capacitación para el personal de salud del hospital y de la Región de Salud Panamá Oeste, con la participación de los sacerdotes Julián Nieto, de la parroquia San Martín de Porres de El Espino; Alexander Castillo, de la parroquia San Nicolás de Bari, Arraiján; y Ariel Pérez, de la parroquia Santa Rita de Casia de La Chorrera, quienes también ofrecieron el sacramento de la reconciliación a los presentes.
Los agentes pastorales visitaron diversas salas hospitalarias: urgencias, pediatría, cuidados intensivos, cirugía, medicina interna y maternidad, llevando un mensaje de esperanza y oración a cada cama, mientras otros se unían en oración en la capilla.
Mayo Anderson, coordinadora de la Pastoral de la Salud en la vicaría, explicó que esta jornada es parte de una serie de “acciones significativas” definidas, en encuentro con el arzobispo metropolitano, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta. Estas buscan sostenerse en el tiempo, reafirmando el compromiso pastoral en sus tres dimensiones: social, comunitaria y político-institucional.
Iniciarán el 26 de abril las capacitaciones jubilares para agentes de salud, hasta diciembre.
Inspirados por las palabras del Santo Padre, Anderson recordó que “la enfermedad es una de las pruebas más duras de la vida, pero incluso en esos momentos, Dios no nos deja solos… Precisamente donde nuestras fuerzas decaen, podemos experimentar el consuelo de su presencia”.

La visita a los enfermos se convirtió así en un acto profundo de fe: “El lecho del enfermo puede ser un lugar sagrado, donde brotan la esperanza, la compasión y la santidad”, expresaron mientras reflexionaban en la capilla.
El mensaje del Jubileo invita a no relegar al frágil, sino a hacer del dolor una oportunidad para crecer en amor, humanidad y santidad.
“Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia”, resonó entre los pasillos del hospital, donde los profesionales de la salud también fueron llamados a renovar su vocación con humildad, gratitud y ternura.
Estas jornadas jubilares son un signo de que el amor y la misericordia de Dios también sanan desde cada hospital y corazón dispuesto.