El talento musical infantil y juvenil se hizo presente en un evento donde la emoción y el trabajo en equipo fueron elementos clave para vivir una noche inolvidable.
Por Karla Díaz
Un total de 800 niños, niñas y jóvenes, provenientes de todo el país, se unieron en un majestuoso concierto sinfónico que marcó el cierre del campamento “Mil corazones, una misión”, organizado por la Red de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Panamá.
Llegaron desde todas las provincias, con excepción de Bocas del Toro, para demostrar que la música es mucho más que arte, es unión, identidad y transformación social.
Con instrumentos en mano y el corazón lleno de emoción, los jóvenes artistas interpretaron piezas que conmovieron al público y reafirmaron el poder de la formación musical como motor de cambio.
Este gran encuentro fue mucho más que un concierto; fue una celebración al talento emergente, un homenaje al esfuerzo colectivo y un recordatorio de que cuando se siembra arte en la niñez, se cultiva un mejor país, todo bajo la dirección de la maestra Electra Castillo, su equipo de trabajo y los profesores de cada provincia que creyeron y no dudaron en enaltecer el talento de los suyos.
Para Dylan Herrera, cada mes de ensayo valió la pena, pues su amor por la música lo puede todo. Poder presentarse y que su voz fuera escuchada es un sentimiento que nunca olvidará.
“Poder ser parte de esto, poder haberme reunido con tantos músicos y cantores de todo el país y compartir con ellos experiencias, es de lo mejor que he podido vivir”, señaló el joven.
La ovación final no solo aplaudió una presentación impecable, sino el sueño compartido de una generación que, con música, está aprendiendo a construir un mundo mejor.
Nuevos talentos
Johan Quezada – Penonomé
“Aprendí desde pequeño gracias a mi tío, fue él quien inculcó mi amor por la música y hoy estoy orgulloso de estar aquí”.
Rebeca Grant – Panamá Este
“Fue la mejor decisión venir a este campamento, aprendí mucho y conocí nuevas personas. La música es hermosa, no desaproveches la oportunidad de aprender”.
Dylan Herrera – Aguadulce
“Fueron meses ensayando, y ha sido maravilloso poder estar aquí. Es una oportunidad y un logro. El acercamiento de tantos músicos de todo el país es lo mejor que me llevo”.
