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La teoría “Let Them”

La teoría “Let Them”

Es una filosofía promovida por Mel Robbins que consiste en aceptar y soltar las acciones, actitudes y opiniones de los demás, entendiendo que no se puede controlar su comportamiento ni sus decisiones. Se trata de un enfoque liberador que busca proteger tu paz mental.

 

Por  Miguel  Ángel Ciaurriz, OAR

Ha caído en mis manos un libro titulado “La Teoría Let Them” (o diríamos: “déjalos”, en español) que, según leo, se ha convertido en todo un bestseller. No lo he leído, y me tomará tiempo hacerlo; lo haré porque la persona que me lo regaló me preguntará algún día qué me pareció el libro.

Debo confesar que me intriga su contenido, tal vez por lo simple que parece. La autora es Mel Robbins y se ha convertido en una auténtica influencer, no digital, sino dictando conferencias y escribiendo libros que se traducen a varios idiomas. Vamos, que buena parte de los ciudadanos de hoy se han apuntado al fenómeno.

 

Contenido

Digo que no lo he leído, al menos no lo suficiente como para dar una opinión sobre su contenido y sus propuestas que, al parecer, buscan encontrar alternativas para llevar una vida más simple y, en definitiva, buscar menos trabajosamente y complicada la felicidad.

El libro de promueve en distintas plataformas digitales, con gran aceptación de público.

No es propiamente una teoría científica ni filosófica formal. Es, más bien, una forma práctica de ver la vida, y de intentar vivirla, que se ha popularizado de un tiempo a esta parte con una superabundancia de libros de autoayuda. A ello están sirviendo las redes sociales y las llamadas charlas motivacionales.

Según veo, la idea central es que cuando alguien toma una decisión, se comporta de cierta manera, o elige un camino que no coincide con lo que tú esperabas, ni con lo que a ti te parece correcto. No nos corresponde intervenir para cambiar el curso de las cosas; hay que dejar que vaya por su camino, aunque parezca errado.

En nuestro afán de tenerlo todo bajo control y que se ajuste a lo que a nosotros nos parece bien y correcto, nos atormenta la idea de que a alguien se le ocurra ir por otro camino, pensar de manera diferente cuando nosotros estamos tan convencidos de estar en lo correcto.

 

Habla la autora

Dice la autora que la clave es no desgastarte intentando controlar, cambiar o forzar a las personas a ser o actuar como tú quieres. En lugar de luchar contra ello, se acepta y se elige concentrar la energía en lo que depende de ti: tus propias acciones, decisiones y entorno.

Desde mi punto de vista, esta propuesta del “let them” lo que nos dice es que hay que soltar, soltar y soltar, cosas de la vida, como el control, por ejemplo. Soltar el control significa aceptar, aunque sea resignadamente, que no podemos cambiar a los demás y moldearlos a nuestro gusto porque eso no está ni en nuestra mano, ni en nuestro derecho.

Por eso se hace necesario, y nos ayudará a evitar muchos problemas y confrontaciones, y hasta resentimientos, dejar a un lado nuestras expectativas con lo que esperamos de la actuación de los demás, que acabará siendo diferente a lo que nosotros habíamos imaginado.

 

Hay que soltar

Esto de soltar y no controlar, Jesús mismo lo practicó. Pensemos, por ejemplo: en la escena del aquel joven rico que se marchó triste, porque no quiso dejar sus riquezas (Mc 10,17-22), Jesús lo dejó ir. No corrió detrás de él para convencerlo ni para presionarlo. Cuando en Cafarnaúm muchos discípulos lo abandonaron porque sus palabras resultaban “duras” (Jn 6,66), Jesús tampoco los retuvo; más aún, preguntó a los doce: “¿También ustedes quieren irse?”.

Y podríamos poner muchos ejemplos más. Siento que, en cierto modo, Jesús de Nazaret se adelantó a nuestro tiempo con actitudes como las mencionadas.

 

Respetaba la libertad de cada persona. Les mostraba el camino, pero no los obligaba a dar los pasos en esa dirección.

 

Dato de interés

San Agustín lo decía de otra manera: “Ama y haz lo que quieras”. Amar no es controlar, sino desear el bien del otro, aunque no siempre haga lo que esperamos, ni coincida con nuestras preferencias. Si amamos, podremos hacer lo que queramos, porque no haremos nada malo si lo hacemos por amor, repito.