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La adversidad tiene el don de despertar talentos

La adversidad tiene el don de despertar talentos

La adversidad tiene el don de despertar talentos, que en la comodidad hubieran permanecido dormidos”. Esta cita de Horacio fue publicada por Ernesto Cortez en su cuenta de Instagram @juancitopanama. Un espacio en el que podemos disfrutar del ingenio de este panameño de 23 años, que a pesar de haber nacido con una discapacidad física, ha logrado superar todos los obstáculos que la vida le ha puesto en frente.

Es estudiante de Diseño Gráfico en la Universidad de Panamá y colabora en el Centro de Orientación y Atención Integral San Juan Pablo II, además de realizar los artes publicitarios utilizados en la promoción de esta fundación, recorre junto a Ariel López, director del Centro; escuelas y colegios para presentar obras infantiles de evangelización en las que Juancito es el protagonista.

Ernesto relata que toda esta experiencia comenzó a principios de este año cuando fue invitado por sus amigos al gimnasio y vio que había pocas pesas las que podía alzar. Se entretuvo grabando sus primeros vídeos y se atrevió a publicarlos.

Luego en una actividad de Semana Santa en Cabuyita, le tocó la responsabilidad de interpretar al apóstol Juan en la crucifixión de Jesús. Al final de la actividad se le acercó un niño y le dijo ¡¡ Ahh tú eres Juan! y señalando su mano le dijo él es Juancito.

Desde ese momento, fue bautizado su personaje con el que ha recorrido varios lugares, dando a conocer a Jesús, a María y hablando de diversos temas educativos, de manera jocosa y creativa. Ernesto señala que desde chico ha sentido el llamado de predicar el Evangelio, pero cuando le ha tocado hablar en público, siente que falla quedándose con la mente en blanco, sin poder expresar los que sabe.

Con su mano ha podido vencer esas limitaciones, evangeliza de una forma diferente a los niños, los predilectos de Jesús. “Un día en Colón con el Centro San Juan Pablo visitamos una escuela, sentí mucha emoción cuando los niños gritando aclamaban a Juancito, ese día marco mi vida”.

No es fácil vivir con una discapacidad, todo depende de la actitud. Ernesto vive-como un joven cualquiera en la 24 de Diciembre, comprometido con su parroquia San Juan XXXIII y con la Juventud Franciscana de Tocumen.

En Ernesto y en los hermanos que viven con alguna discapacidad se vislumbra un propósito en la salvación de estos hermanos especiales. No pensemos solamente en la posibilidad del milagro, sino en el ejemplo de fe, sumisión a la voluntad de Dios y la valentía para enfrentar la adversidad, que puede servir de ejemplo para la Iglesia.