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Redención y arte: La Pasión de Cristo desde el corazón de la Nueva Joya

Redención y arte: La Pasión de Cristo desde el corazón de la Nueva Joya

Cartón, pintura, telas, plástico y más fue lo que utilizaron para confeccionar el vestuario y la escenografía de la obra.

 

Por Karla Díaz

En el Centro Penitenciario La Nueva Joya, un grupo de privados de libertad se prepara para dar un giro único a la tradición religiosa. Con ensayos rigurosos y un esfuerzo colectivo, los internos están listos para presentar una impactante obra musical sobre la Pasión de Cristo, una puesta en escena que va más allá de la actuación, proponiendo una reflexión sobre la redención y el sacrificio.

Esta iniciativa busca, no solo ofrecer un espacio de expresión artística, sino también brindar una oportunidad de transformación personal dentro del complejo sistema penitenciario.

Son más de cien hombres los que, movidos por su fe, decidieron hacer parte de esta obra, cada uno poniendo todos sus talentos al servicio de Dios, y siempre de la mano de la Pastoral Penitenciaria, coordinada por el religioso Francisco Javier Palomares.

La obra musical de La Pasión de Cristo será presentada oficialmente el martes 15 de abril en el salón de taller de La Nueva Joya, luego de meses de preparación por parte de los muchachos, y una producción llevada por ellos mismos, en cuanto a vestuario, escenografía, canto y, por supuesto, actuación.

 

El sepulcro completamente hecho de cartón y pintado a mano por ellos mismos.

Lo visualizaron y lo harán realidad

Christopher Lamber es uno de los encargados del área de vestuario, y destaca que ha sido un proceso largo, pero que con el apoyo de todos han sacado la obra adelante. “A pesar de las limitantes, hemos conseguido las telas, los implementos y todo lo que nos donan lo hemos utilizado al máximo. Somos 25 personas trabajando a diario, cosiendo el vestido de Jesús, Caifás, Pilatos, los apóstoles, los ángeles, todo de la mejor manera para causar la mejor imagen visual para los que nos verán”, dijo Christopher.

Como un privilegio, así lo siente Alexander Montes, quien en el momento de la visita al taller estaba confeccionando la corona de espinas. “Ser artesano me ha dado la oportunidad de participar en esta bella iniciativa, pero además de compartir con los compañeros la fe y algo muy importante que es el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente, ya que todo el material usado es reciclado”, destacó.

Cada sector aportó para unificar y hacer la mejor obra, ya que según ellos mismos dicen: lo que se hace para Dios, siempre resulta exitoso.

Por ello agradecen también al Sistema Penitenciario y a la seguridad que les  han apoyado en todo, tanto en el material que traen desde la cocina, hasta los permisos para poder reunirse, trabajar y practicar las escenas.

 

Escenografía de altura

Marlon Acher ,del sector B, encargado de la parte estructural y escenografía, señaló la importancia del talento de los muchachos. “La escenografía está hecha con hojas de papel que los muchachos han pegado una por una. Luego pasan al encargado de dibujo y posteriormente a los pintores. Un trabajo que deja al descubierto que juntos estamos haciendo las cosas bien y que somos el corazón latente de la Mega Joya”, dijo.

En medio del pabellón pudimos observar dos columnas romanas que representan el palacio de Pilatos; todo hecho de cartón, hilos de plástico, bolsas de basura y material reciclado, dejando claro que no se necesita de mucho cuando hay talentos para el Señor.

 

Protegen el medio ambiente, por eso utilizan todo material reciclado que llegue a sus manos.

 

Voces y música

José David Aguilar es el encargado del coro del sector  E,  y trabaja para el musical con los chicos que quieren demostrar la valía de su talento. “La Pasión de Cristo  es una historia de amor. Somos 25 personas entre cantores, músicos y percusionistas los que reflejamos el amor de Dios que murió y resucitó por nosotros en esta obra”, señaló. 

Son muchos los talentos de los privados de libertad, y esta es una oportunidad para demostrar todo lo que pueden hacer, siempre guiados en la fe, el trabajo en equipo y el respeto, pilares fundamentales para su resocialización.