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El Cónclave: un momento de gracia y fe para toda la Iglesia

El Cónclave: un momento de gracia y fe para toda la Iglesia

Los cardenales aseguran no permitir ninguna interferencia durante la elección, y guardar secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección del Pontífice, a  menos que él mismo autorice revelar detalles sobre el proceso que se dará, una vez electo.

 

Por Redacción 

El próximo 7 de mayo de 2025, los ojos del mundo se volverán hacia la Capilla Sixtina. Bajo la mirada del Juicio Final de Miguel Ángel, los cardenales electores se reunirán para discernir, en oración y silencio, quién será el próximo Sucesor de Pedro.

Aunque todo se desarrolla con gran discreción, no se trata de un acto político o simplemente administrativo, sino de un profundo acontecimiento espiritual: el cónclave, palabra que significa “bajo llave”, porque los cardenales son literalmente encerrados hasta tomar una decisión.

Tal como explican el periodista Javier Martínez-Brocal y el sacerdote mexicano José de Jesús Aguilar en su libro “CÓNCLAVE. Las reglas para elegir al próximo Papa”, el proceso tiene siglos de tradición, pero también normas muy claras. Fue San Gregorio X, en 1274, en la bula “Ubi Periculum”, quien institucionalizó este método de elección para evitar presiones externas y asegurar el discernimiento espiritual.

 

¿Quién participa y cómo se elige al Papa?

Todo se iniciará con una misa “Pro eligiendo Papa” en la Basílica de San Pedro, abierta a todos. Quien hace la homilía muestra el perfil del nuevo Papa.

El cónclave está compuesto por los cardenales menores de 80 años. Actualmente, 135 cardenales están habilitados para votar, provenientes de los cinco continentes, pero el español Antonio Cañizares avisó que no asistirá por razones de salud.

Una vez dentro de la Capilla Sixtina, se comprometen bajo juramento a mantener secreto absoluto sobre todo lo que ocurre en las votaciones. No hay celulares ni grabadoras, ni contacto con el mundo exterior. Solo la oración y el Espíritu Santo tienen la palabra.

Especialistas en electrónica y tecnología se han asegurado de que ningún dispositivo esté activo en la Capilla, para transmitir o grabar lo que allí suceda.

Cada día pueden realizarse hasta cuatro votaciones, a excepción de la primera y única votación, que se hace al final del primer día. Esta es muy importante, pues es en esta cuando aparecen los nombres de los verdaderos favoritos.

Para que un candidato sea elegido Papa, necesita al menos dos tercios de los votos. Si esto se logra, el cardenal decano pregunta al elegido si acepta. De responder afirmativamente, escoge un nombre papal, se viste con las ropas blancas ya preparadas en varias tallas y se presenta al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro con el anuncio: “Habemus Papam”.

 

 

 

Tiempo de fe y esperanza

Este proceso no es ajeno a los fieles. Aunque no participamos con voto, sí lo hacemos con nuestra oración. Cada cónclave ha sido acompañado por millones de cristianos que, en silencio o en comunidad, rezan para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales.

El próximo Papa no solo heredará el timón de la barca de Pedro, sino también los desafíos del mundo contemporáneo: las guerras, la pobreza, la fe tambaleante en muchos rincones del planeta y el anhelo de unidad. Por eso, este tiempo es una oportunidad para renovar la fe, crecer en esperanza y recordar que la Iglesia no está sola: Cristo la guía siempre.

El libro de Martínez-Brocal y del padre Aguilar ayuda a comprender este misterio desde dentro, sin quitarle su profundidad espiritual, pues demuestra que, más que un evento eclesial, el cónclave es una experiencia de confianza total en Dios.

 

Fechas importantes:

1268-1274

Casi tres años

Los fieles encerraron a cardenales y redujeron su comida para acelerar la elección de Gregorio X. 

 

1274

7 de julio

San Gregorio X establece los métodos del cónclave en el Concilio de Lyon, para evitar lo ocurrido con su elección.

 

2013

11 de febrero

Renuncia de Benedicto XVI da lugar al primer cónclave por sede vacante en 600 años.

 

 El recuento

Se eligen nueve cardenales

En una bolsa hay balotas con los nombres de todos. Los tres primeros serán “escrutadores”, y leen las papeletas con los votos. Los tres siguientes son “enfermeros”, quienes recogen los votos a cardenales enfermos que se quedan en Casa Santa Marta y votan allá. Los tres últimos son revisores, y verifican el resultado del voto.

 

Las urnas

Se utilizan tres urnas: una para la votación, otra para recoger los votos de los cardenales electores enfermos que no pueden entrar a la Capilla, y una más para llevar las papeletas escrutadas a las estufas donde serán quemadas.