Arzobispo de Panamá exhortó a los movimientos eclesiales a vivir en unidad y comunión fraterna.
Por Marianne Colmenárez
En la solemnidad Pentecostés celebrada en la Catedral Basílica Santa María La Antigua, el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta exhortó a los fieles presentes a vivir una comunión real que supere las divisiones.
Su homilía enmarcada en el Jubileo de los Movimientos Eclesiales, se enfocó en explicar cómo los cristianos han recibido esa fuerza y aliento de Dios, que nos hace capaces de perdonar, superar los odios y de construir una sociedad más humana.
El arzobispo metropolitano describió a los movimientos eclesiales como “un fruto hermoso de Pentecostés y el rostro dinámico y creativo de la Iglesia».
Dirigiéndose a los dirigentes de diferentes movimientos presentes, les agradeció por representar esa frescura del Espíritu que sopla donde quiere y como quiere. «¡Gracias por su generosidad, por su testimonio, por su fidelidad al Espíritu!”
“Un movimiento que no ama a la Iglesia entera, no está siendo fiel al Espíritu que lo inspiró. Un carisma auténtico nunca divide; siempre suma, edifica, integra, construye comunión” dijo el Arzobispo.
Unidad en la diversidad
Monseñor Ulloa señaló que el principal reto de los carismas es la unidad. “No basta con coexistir. Estamos llamados a caminar juntos, a colaborar, a escucharnos”, expresó.
Recordando que la unidad es superior al conflicto, exhortó a los presentes a verse como hermanos, no como rivales y a buscar puntos de encuentro, no trincheras ideológicas.
“Nadie tiene todo. Todos nos necesitamos”, recalcó al citar la enseñanza de San Pablo sobre los dones para el bien común.
Finalmente, vinculó la celebración con el camino sinodal, asegurando que “el Espíritu nos está llevando a ser una Iglesia más participativa, más corresponsable, más abierta y más cercana”.
