Durante más de tres meses los privados de libertad ensayaron para la puesta en escena de esta obra musical.
Por Karla Díaz
Detrás de las celdas en el Centro Penitenciario La Nueva Joya, cada privado de libertad tiene una historia diferente, pero esta vez se unieron para presentar el Musical Maestra Vida, una historia de amor, lucha y nuevas oportunidades basada en la obra del maestro panameño Rubén Blades.

Bajo la dirección espiritual de Fray Francisco Palomares, responsable de la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Panamá, los internos trabajaron con dedicación en todos los aspectos de la puesta en escena, desde el guion, la escenografía, los bailes y el vestuario.
La escenografía fue un espectáculo, elaborada con materiales reciclables proporcionados por la pastoral, sus voluntarios y la Dirección Nacional de Seguridad Penitenciaria.
El esfuerzo de tres meses de trabajo dio sus frutos. Los privados regalaron a los presentes un show de altura, de mucha calidad y profesionalismo.
“Nosotros nos propusimos hacer este musical y trabajamos duro para poder presentarles esta joya que pudieron disfrutar hoy; estamos emocionados y agradecidos con todos los que nos brindaron su apoyo para hacerlo posible”, dijo Marlon Asher, coordinador de la iglesia católica.

“Dentro de la Pastoral Penitenciaria necesitamos de más voluntarios y apoyo, mientras tanto nosotros seguimos acompañando, trabajando con lo que tenemos para brindar oportunidades a los privados de libertad, hablándoles de esperanza, de un Cristo vivo, y siendo la voz de quienes no pueden hablar desde dentro”, concluyó Fray Javier Palomares, coordinador de la Pastoral Penitenciaria.
