Médico colonense recibe el sacerdocio en el emblemático santuario mariano. Es el tercero de su orden en tener este privilegio.
Por Manuel Mascuñana
El viernes 22 de agosto, a la 1:00 p.m., en la Basílica de Guadalupe, fue ordenado sacerdote el colonense, Pbro. Josamir Ulises Barrera Martínez, de los Misioneros de la Caridad. La celebración coincidió —por permiso especial de la Santa Sede— con la fiesta patronal del Inmaculado Corazón de María para la congregación fundada por Santa Teresa de Calcuta.
La ordenación se realizó por imposición de manos de Mons. Carlos Enrique Samaniego, obispo electo de la Diócesis de Texcoco, designado por el Papa León XIV un día antes de la ordenación del Padre Josamir, tras haber servido como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de la Ciudad de México.
Se trata del primer panameño de esta familia religiosa en ser ordenado en la Basílica y el tercero en la historia de la orden en recibir allí el sacerdocio (dos mexicanos y él).
Medicina, familia y discernimiento
Mientras servía en el ministerio de música de su comunidad de origen, la parroquia San Judas Tadeo en la Diócesis de Colón-Kuna Yala, realizó una experiencia vocacional en la Ciudadela de Jesús y María. La llamada se hizo más fuerte, pero continuó sus sueños: aplicó y obtuvo una beca para estudiar Medicina en Venezuela, después de ver en televisión que ese país ofrecía becas para Latinoamérica.
Al volver del retiro, sentó a sus papás para decirles que Dios había puesto en su corazón una inquietud hacia el sacerdocio. Hubo lágrimas y desconcierto; su padre, de carácter recio, rompió en llanto, hasta que les explicó que primero estudiaría Medicina.
En la universidad conoció a una joven ecuatoriana y fueron novios; la relación terminó cuando él expresó que seguía buscando la voluntad de Dios. Ya en cuarto año, en Montalbán, estado de Carabobo, Venezuela, en la Parroquia Inmaculada Concepción, fue acompañado por el Pbro. Miguel Pirela y luego por el Pbro. Rubén Darío Esis (médico), con quien se identificó mucho. Allí intentó otra relación con “una chica de Iglesia”, que tampoco prosperó. Estas experiencias, reconoce, maduraron su corazón y aclararon su llamada.
En noviembre de 2013 se graduó de médico, “el día más feliz de mi vida”, pero percibió que faltaba algo. En oración, le dijo a Dios: “Bueno, Señor, ahora vienes Tú”.
En enero de 2014 viajó a México para la experiencia “Ven y ve” con los misioneros. Tras dos semanas de discernimiento, regresó a Venezuela para terminar de tramitar sus documentos finales de universidad y, en marzo, volvió a Panamá. Mientras gestionaba la validez como médico en el país, en febrero de 2015 ingresó finalmente a la congregación.

Camino recorrido
Como seminarista, pasó por la casa de los misioneros en Tijuana y, tras dos años, fue enviado a Kenia para el postulantado: dos años de Filosofía y el noviciado. En el tercer año en Kenia, realizó sus primeros votos en junio de 2020, en plena pandemia. Luego viajó a Roma para Teología: tres años iniciales; después volvió a México para su año pastoral.
En 2024–2025 regresó a Roma para completar el cuarto año de Teología y emprendió el camino de regreso a México para la ordenación. Sus acompañantes espirituales fueron varios; la mayor parte del proceso la llevó con el P. Jorge Regalado, hoy Superior de los Misioneros de la Caridad en Ciudad de México.
A la ceremonia asistieron su mamá, su hermana mayor y unas 15 personas, entre primos, tías y miembros de su comunidad de San Judas, incluida su catequista de confirmación.
