Cientos de feligreses se congregaron en la parroquia La Santa Cruz de Chilibre y Caimitillo para despedir al padre Patricio Hanssens.
Por Marianne Colmenárez
Con tristeza en el corazón pero llenos de gratitud, fieles de todas las edades y comunidades se reunieron en la parroquia Santa Cruz de Chilibre y Caimitillo para despedir al padre Patricio Hanssens, quien por casi cuatro décadas fue su pastor y guía espiritual.

Sus restos son velados en la capilla ardiente, donde desde tempranas horas se han elevado cantos, oraciones y homenajes que continuarán hasta este lunes, cuando monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá presida la misa de despedida.
La hermana Argelia Quero, del equipo pastoral, recordó su aporte a la vida comunitaria. “Sembró en nosotros la convicción de que la Iglesia es fundamentalmente pueblo de Dios y que el bautismo basta para evangelizar”.

Conmovida relató los últimos instantes del sacerdote. “Yo fui la que le cerré los ojos al padre Patricio, le acompañamos hasta el final. Le dijimos vete tranquilo que la gloria te espera, lo que vas a encontrar es la bendición de Dios, el abrazo del Padre para introducirte en el banquete del Reino para siempre”.
Vocación y servicio inquebrantable

José Felipe Santamaría, facilitador de la Palabra en Chilibre, recordó cómo el padre Patricio lo inspiró hace ocho años a seguir su vocación; fue su profesor en la Universidad Santa María La Antigua y su evaluador de tesis.
“Fue un hombre que, aunque teniendo sus títulos universitarios siempre procuró que uno desarrollara sus capacidades intelectuales. Nos hacía pensar, discernir para luego hablar” afirmó.

Por su parte, Zuleica Martínez, con un retrato en sus manos, compartió que el sacerdote se esmeró por iniciar el proyecto de tener una capilla en la comunidad de Las Cuevas.
“Pagó la hipoteca y los documentos del terreno. Celebramos la Eucaristía o la Palabra en un ranchito y gracias a él iniciamos la construcción de la capilla San Óscar Romero. Ese fue un sueño que nos entregó y nosotros somos la semilla que seguirá adelante” expresó entre lágrimas.
Era un servidor de Cristo apegado siempre a sus enseñanzas, cercano a los pobres, campesinos y excluidos.
El sacerdote Román Altamiranda, actual administrador parroquial reconoció el legado que deja su antecesor. “Fue un maestro para mí. Lo primero que hizo fue guiarme para conocer las 33 comunidades. Le dije a los fieles que será difícil igualarlo, porque era un trabajador incansable, manejaba botes, subía montañas para ayudar a la gente a tomar conciencia de sus capacidades”.

Agregó que su enseñanza fortaleció a los laicos, enseñándoles que no son meros espectadores sino constructores de Iglesia, y así lo entendieron sus comunidades.
Testigo de un modelo sinodal
El padre Patricio Hanssens, nacido en Bélgica y llegado a Panamá en 1976, fue fiel a las enseñanzas de Cristo y al espíritu del Concilio Vaticano II. Durante su ministerio impulsó el modelo de Comunidades Eclesiales de Base, promoviendo la descentralización pastoral en comunidades de Chilibre y Caimitillo. Con las Hermanas Esclavas de Cristo Rey y los laicos, formó una parroquia que nació y creció en sinodalidad.
Su compromiso con los más necesitados lo convirtió en un referente de Iglesia en salida.
