En una solemne ceremonia en el Patio de San Dámaso, 27 jóvenes se incorporaron al ejército más antiguo del mundo, renovando la histórica misión de proteger al Papa.
Karla Díaz
Este sábado se vivió un momento histórico en el corazón de la Santa Sede; 27 jóvenes prestaron juramento de fidelidad al Papa León XIV en una ceremonia solemne realizada en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico.
Tradicionalmente, el juramento de la Guardia Suiza se celebra cada 6 de mayo, pero este año fue pospuesto debido a la muerte del Papa Francisco y a la elección de su sucesor. Finalmente, con la incorporación de estos nuevos reclutas, el cuerpo militar más antiguo del mundo reafirma su compromiso de custodiar al pontífice.
Para la ocasión, los guardias vistieron su característico uniforme renacentista en rojo, azul y amarillo, acompañado de cuello y guantes blancos, con la hebilla del cinturón reluciente portando las iniciales del cuerpo. El ambiente fue de solemnidad, orgullo y emoción.
“Servir al Papa es un gran honor y una gran responsabilidad”, expresó Jan, de 21 años y originario de Engelberg, en el cantón de Obwaldo. “Nos enorgullece que, desde hace 500 años, seamos nosotros, los suizos, quienes protegemos al Papa. Nosotros, y nadie más”.
El juramento de la Guardia Suiza se celebra cada 6 de mayo, pero este año fue pospuesto debido a la muerte del Papa Francisco

Unas 4.000 personas asistirán este sábado cuando las 27 nuevas reclutas pronuncien la fórmula frente a la bandera: «Juro servir fiel, leal y honorablemente al Sumo Pontífice reinante, León XIV, y a sus legítimos sucesores, comprometiéndome con todas mis fuerzas por ellos, dispuesto, si fuera necesario, a dar mi vida en su defensa».
Con estas palabras, los recién llegados entrarán a formar parte de la historia de la Guardia, fundada en 1506, que aún hoy vive su lema:
«Una vez guardia, guardia para siempre».
