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La misión de la Iglesia es anunciar el Reino de Dios

La misión de la Iglesia es anunciar el Reino de Dios

La tarea prioritaria de los misioneros es llevar el mensaje de Jesús a las personas que no lo conocen, convirtiéndose en discípulos que hacen discípulos.

 

Por Luz Rivas

La Iglesia católica tiene una misión que trasciende fronteras, culturas y tiempos: anunciar y hacer presente el Reino de Dios instaurado por Jesucristo. Esta misión no es una tarea opcional ni secundaria, sino el corazón mismo de su identidad. Como afirma el Concilio Vaticano II en Ad Gentes, “la Iglesia peregrina es misionera por su naturaleza”.

Anunciar el Reino de Dios implica proclamar la Buena Noticia de la salvación a todos los pueblos, testimoniando con palabras y obras que Dios está cerca, que ama a la humanidad y que en Cristo se inaugura un nuevo orden de justicia, paz y reconciliación. El Reino no es simplemente una realidad futura; es una presencia viva que ya actúa en la historia a través de la fe, la caridad y el compromiso con los más pobres.

 

Como bautizados, estamos llamados a evangelizar donde el Señor nos llevé a misionar.

 

Encíclicas

En la encíclica Evangelii Gaudium, el papa Francisco recuerda que “la Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que toman la iniciativa, se involucran, acompañan, fructifican y festejan” (EG 24). 

Esto significa que la misión no es un deber reservado a unos pocos, sino el llamado universal a todos los bautizados a ser testigos del Evangelio. La Iglesia existe para evangelizar, y su tarea no se limita a conservar lo que ya tiene, sino a salir al encuentro del mundo con alegría y esperanza.

El papa Benedicto XVI, en su encíclica Deus Caritas Est, subraya que el anuncio del Reino no puede desligarse del amor: “El amor caritas será siempre necesario, incluso en la sociedad más justa”. El Reino de Dios se hace creíble cuando se traduce en gestos concretos de servicio, misericordia y defensa de la dignidad humana.

Por su parte, San Juan Pablo II, en Redemptoris Missio, afirma que “la misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y motivaciones” (RM 2). Esta dimensión misionera es fuente de renovación espiritual y comunitaria.

 

 En todo el mundo

La misión universal de la Iglesia no es simplemente una estrategia de expansión religiosa, sino una respuesta fiel al mandato de Cristo: “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio” (Mc 16,15). Anunciar el Reino de Dios es anunciar que otra vida es posible, aquí y ahora, y que en Cristo toda la humanidad está llamada a la plenitud.

 

Situación actual

La Iglesia católica está presente en todos los continentes, y su misión universal se desarrolla especialmente en regiones donde el Evangelio aún no ha sido plenamente anunciado o donde las comunidades cristianas son pequeñas, vulnerables o están en desarrollo. Estos lugares son conocidos como territorios de misión y están organizados y apoyados por instituciones como la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (hoy parte del Dicasterio para la Evangelización) y las Obras Misionales Pontificias.

En total, hay más de 1,100 territorios de misión oficialmente reconocidos por la Iglesia católica, y son atendidos por sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos misioneros enviados desde otras partes del mundo. 

Recuerda que ellos necesitan de tu oración, sacrificios y ayuda económica para mantenerse activos y seguir anunciando el Reino de Dios en estos lugares, algunos muy apartados de las áreas pobladas.

 

Situación de la misión en el mundo

África

Es uno de los continentes con más dinamismo misionero. Aunque el cristianismo crece rápidamente, aún hay regiones donde la presencia católica es muy limitada. Países como Sudán del Sur, Níger, República Centroafricana, y algunas zonas del Sahel son prioritarios para la misión. Se trabaja en educación, salud, desarrollo social y diálogo interreligioso.

 

Asia

Es el continente con más población no cristiana. La Iglesia actúa en lugares como India, Pakistán, Bangladés, Vietnam, China (aunque con fuertes restricciones), Japón y Tailandia. En muchos de estos países, los católicos son minorías y enfrentan desafíos culturales, sociales y legales. El testimonio se da muchas veces a través de escuelas, hospitales y obras de caridad.

 

América Latina y el Caribe

Aunque es un continente mayoritariamente católico, hay zonas consideradas de misión, especialmente entre pueblos originarios, en la Amazonía, en regiones rurales aisladas y en áreas urbanas marcadas por la pobreza y la violencia. Iniciativas como el Sínodo para la Amazonía, han resaltado la importancia de una Iglesia con rostro indígena y misionero.

 

Oceanía

En islas del Pacífico como Papúa Nueva Guinea, Fiyi, Islas Salomón y otras pequeñas naciones insulares, la Iglesia lleva adelante su misión en contextos de gran diversidad cultural y religiosa, con una fuerte dimensión educativa y sanitaria.

 

Europa

Aunque, tradicionalmente cristiana, Europa es hoy un “continente de misión” debido a la secularización. La nueva evangelización busca reavivar la fe en países como Francia, Alemania, España y los países nórdicos, donde la práctica religiosa ha disminuido significativamente.