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"¡Basta ya de muerte y de indiferencia!", advierte arzobispo de Panamá

"¡Basta ya de muerte y de indiferencia!", advierte arzobispo de Panamá

En plena misa dominical, monseñor Ulloa expresó su dolor por las 438 muertes violentas registradas entre enero y septiembre de 2025.

 

Por Marianne Colmenárez

“La violencia se ha convertido en una llaga abierta en el corazón del país”. Con esa afirmación, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, reflejó el profundo dolor que atraviesan las familias panameñas ante la pérdida de cientos de vidas, especialmente de jóvenes.

 Durante la misa dominical celebrada en la parroquia Santa María del Camino, en Ciudad Radial, el Arzobispo pidió orar por Esteban De León, Antonhy Chami y Jesús Rodríguez, jóvenes recientemente asesinados, y por las 438 víctimas de homicidio registradas entre enero y septiembre de 2025.

“Nos duele profundamente lo que estamos viviendo. La violencia nos golpea sin piedad y se ha convertido en una llaga abierta en el corazón del país”, expresó con visible preocupación.

 

Destacó que, “cada vida arrebatada, cada joven perdido, cada familia que llora en silencio es un grito que clama al cielo”.

 

Monseñor Ulloa pidió no caer en la indiferencia ante el dolor ajeno. “No podemos acostumbrarnos a convivir con el miedo ni aceptar que la muerte y el odio marquen nuestro destino”.

También advirtió que “es tiempo de reaccionar. Panamá necesita despertar. No basta con lamentar; hay que actuar”.

Familiares y amigos despiden entre lágrimas a Esteban De León

El Arzobispo insistió en que todos los sectores del país deben asumir su parte de responsabilidad frente a esta crisis que afecta especialmente a los jóvenes. “La violencia no se vence con discursos ni culpas, sino con decisiones valientes, con justicia, con amor concreto y con el compromiso de sanar el tejido social herido”.

A las autoridades exhortó  a actuar con firmeza y transparencia, a la sociedad a responder con solidaridad y respeto, a la Iglesia a hablar con profecía y esperanza y a las familias a vivir con amor, diálogo y ejemplo.

Monseñor Ulloa dio fin a su mensaje con un llamado a la unidad nacional, expresando que “este dolor debe movernos a unirnos, no a dividirnos; a sembrar esperanza donde otros siembran miedo; y a defender con fuerza la dignidad de toda vida humana”.