Con un profundo espíritu de caridad y sensibilidad evangélica, la Diócesis de Chitré celebró la Jornada Diocesana de Oración por los Pobres, reafirmando su compromiso con los más necesitados.
Por Betzaida Toulier
En el marco de la conmemoración del fallecimiento de la Sierva de Dios, Ana María Moreno del Castillo, los sacerdotes de la Diócesis de Chitré , encabezados por el obispo monseñor Rafael Valdivieso Miranda, celebraron la Jornada Diocesana de los Pobres con una Eucaristía en el templo San Atanasio, en La Villa de Los Santos. Posteriormente, el obispo de Chitré y el clero compartieron un almuerzo con los feligreses que son atendidos a través de la Pastoral Social en sus respectivas parroquias.
El encuentro estuvo marcado por un profundo espíritu de caridad y sensibilidad evangélica, reafirmando el compromiso de la Iglesia en Azuero con los más necesitados. La jornada comenzó con la solemne celebración de la Eucaristía en la histórica Iglesia San Atanasio. Durante su homilía, monseñor Valdivieso recordó el testimonio de vida de la Niña Anita como se conoce a la Sierva de Dios, Ana María Del Castillo, resaltando su ejemplo de fe vivida a través de obras de misericordia para atender a quienes más necesitan cariño y apoyo.
“En medio de su experiencia de fe, nuestro mejor referente es ese testimonio de vida de la Niña Anita, quien supo hacer vida el Evangelio, mediante obras de misericordia, para atender a los más necesitados”, afirmó el Obispo. Añadió que “el Evangelio se vive desde la solidaridad activa y el compartir con quienes sufren la pobreza”.
Un gesto de fraternidad

Tras la celebración litúrgica, la jornada continuó en un ambiente de íntima comunión y fraternidad. El clero de la diócesis ofreció un almuerzo en el Hogar San Juan de Dios, contiguo al templo San Atanasio, a las familias invitadas. Este gesto, más allá de la ayuda material, busca reavivar el rostro humano y cercano del ministerio sacerdotal, según explicó el padre Raúl De León, vicario del Clero de la Diócesis de Chitré.
Cada sacerdote invitó personalmente a una familia de su respectiva parroquia, simbolizando así el deseo de la Iglesia particular de vivir el Evangelio desde la caridad y establecer un puente directo entre el altar y las realidades cotidianas.
El compartir en la mesa se convirtió en una poderosa manifestación de la Iglesia, en la que se reconoce y eleva la dignidad de cada persona, especialmente la del pobre.
A ejemplo de la “Niña Anita”
La inspiración de este acto de caridad radica en el ejemplo de la Niña Anita, un referente local de solidaridad con los más pobres. Su vida fue un testimonio de sensibilidad y compromiso con quienes más lo necesitan.
Monseñor Valdivieso y el clero buscan que esta jornada no sea un evento aislado, sino un motor para que toda la comunidad diocesana profundice en la vivencia del Evangelio, nacida del encuentro y el compartir con el hermano necesitado.
La Diócesis de Chitré, a través de esta actividad, reafirma que la oración por los pobres debe ir acompañada de una acción concreta de caridad, demostrando que la fe sin obras es estéril y que en el rostro del pobre se encuentra el rostro de Cristo. El encuentro concluyó con la renovación del compromiso por una Iglesia samaritana y servidora.
