La parroquia Cristo Rey, ubicada en Bella Vista, cumple nueve décadas de servicio y entrega en su misión sanadora y evangelizadora en la ciudad capital.
Por Herminia Rivera
n medio del corazón de la ciudad de Panamá nació, creció y se sigue expandiendo la vida de servicio y entrega de una de las iglesias más icónicas de la capital: la parroquia Cristo Rey, situada en el corregimiento de Bella Vista, sobre la avenida Justo Arosemena.
Con 90 años de existencia, esta comunidad parroquial ha acompañado a generaciones de panameños: desde lugareños y trabajadores del área, hasta personas en situación de calle o sin refugio. Pero, entre todas sus obras, destaca una pastoral que, para muchos, pasa inadvertida, aunque para otros es un verdadero bálsamo en medio del dolor y la desesperanza: la atención espiritual a los enfermos del Hospital Santo Tomás, su maternidad y el Hospital del Niño.
Esta labor, realizada desde hace décadas, fue confirmada por el padre Ángel Acuña, quien junto al padre Adrián Alonso, acompaña actualmente todo el quehacer pastoral.
“Esta es una obra guiada por el Espíritu Santo”, afirmó el padre Acuña. “Visitamos a los enfermos y, si la familia lo solicita, administramos la unción de los enfermos. El hospital nos avisa y acudimos para sembrar esperanza en medio del dolor”.

Misas diarias y consuelo para quienes sufren
Las tres capillas de estos hospitales cuentan con celebraciones eucarísticas todos los días, de manera rotativa, a las 6:45 a.m., de lunes a domingo, en un horario que permite la participación de personal médico que inicia su jornada, pacientes que esperan ser atendidos y familiares que buscan consuelo.
En esta misión participa también un grupo de laicos comprometidos, servidores del Ministerio de la Consolación y la Sanación, quienes integran el equipo de voluntarios de la capellanía hospitalaria. Con dedicación y entrega, ofrecen alivio espiritual en momentos de angustia y sufrimiento humano.
Una parroquia al servicio de la comunidad

La parroquia Cristo Rey extiende su acompañamiento a diversas fundaciones cercanas, entre ellas Fanlyc, la Fundación Ronald McDonald y la Fundación Juan Pablo II, además de visitar escuelas y colegios del área para llevar un mensaje de evangelización y servicio.
Por encontrarse rodeada de comercios, oficinas e instituciones públicas, la parroquia se convierte también en un refugio espiritual para trabajadores y transeúntes, quienes buscan un momento de oración en medio de la rutina diaria. Su capilla permanece abierta de lunes a viernes, de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., y los sábados hasta el mediodía, ofreciendo a todos un espacio de paz ante Jesús Sacramentado.
Vida pastoral que florece
Cristo Rey cuenta con diversos apostolados y servicios: monaguillos, catequesis para niños, jóvenes y adultos; pastoral social, coro infantil y otros más. Además, se trabaja para reactivar movimientos que en su momento florecieron en la comunidad, como la Cofradía del Padre Eterno, entre otros.
A lo largo de nueve décadas, la parroquia Cristo Rey continúa siendo un faro de luz en plena ciudad, un espacio donde la esperanza resplandece a través de la oración, el servicio y la entrega generosa de sus pastores y feligreses.
De gran valor arquitectónico

La parroquia Cristo Rey, construida en 1935, es de una belleza singular por su estilo arquitectónico que marca los inicios de la nueva República. Desde lo alto de su torre, la imagen de Jesús Rey del Universo bendice a toda la ciudad. En su interior se respira un aire de recogimiento, un silencio que invita a los fieles a la oración.
Su altar mayor, confeccionado en madera de caoba y de estilo plateresco (corriente arquitectónica desarrollada en España), donde se observa la imagen de Cristo Rey con acabados finamente trabajados, habla de historia y de devoción amorosa a nuestro Salvador.
