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Devoción y esperanza marcan la fiesta de la Medalla Milagrosa

Devoción y esperanza marcan la fiesta de la Medalla Milagrosa

Desde parroquias urbanas hasta pequeñas capillas del interior del país, los fieles panameños honran a la Virgen de la Medalla Milagrosa con misas, procesiones y actos de devoción.

 

Por Herminia Rivera

a advocación de la Virgen de la Medalla Milagrosa se ha consolidado como una de las expresiones marianas más arraigadas y multitudinarias en Panamá. 

En diversas comunidades del país, miles de fieles elevan sus plegarias y agradecimientos a la Virgen María bajo esta advocación, cada 27 de noviembre, reconociéndola como una intercesora cercana y poderosa ante las necesidades de sus devotos.

 

En Santiago, la devoción a María bajo la Medalla Milagrosa tiene 76 años.

 

Santiago de Veraguas se ha convertido en uno de los principales epicentros de esta fe, donde cada año se congregan peregrinos provenientes de distintos puntos del país para participar en celebraciones, procesiones y actos litúrgicos en honor a la Milagrosa. 

Aquí la comunidad se une y diversos sectores, empresas, escuelas e instituciones públicas y privadas le rinden honores a nuestra Madre del Cielo, bajo la advocación mariana que nació en Francia y revelada a Santa Catalina Labouré en 1830, en la capilla de las Hijas de la Caridad.

Sin embargo, la devoción trasciende esta región. Comunidades como Alcalde Díaz, Veranillo, Río Abajo, Parque Lefevre y Pacora, en la capital, también se unen con entusiasmo para rendir homenaje a la Virgen. Igualmente, en el Hogar Monerry, regentado por las Hermanas de la Caridad, en el corregimiento de El Chorrillo, la festividad ocupa un lugar destacado, reuniendo a residentes y visitantes en jornadas de oración, gratitud y esperanza.

 

Testimonios

Las «anditas» son altares decorados de manera creativa, que muestran fe, devoción y respeto.

Entre los testimonios que fortalecen esta devoción se encuentra el de Estela González de Rodríguez, una mujer veragüense cuya experiencia ha alimentado profundamente su fe. Estela enfrentó una enfermedad que puso a prueba su fortaleza física y espiritual. En medio de la adversidad, acudió a Dios y pidió la intercesión de la Virgen de la Medalla Milagrosa para obtener su curación.

Con el tiempo, afirma haber recibido el milagro que tanto anhelaba, lo que la motivó a convertirse en una ferviente devota de la Milagrosa. Desde entonces, viaja cada año desde La Palma de Veraguas hasta Santiago para agradecer a la Madre de Dios por la gracia recibida.

Como el caso de Estela, existen miles de testimonios de favores, sanaciones y hechos considerados milagrosos, atribuidos a la intercesión de la Virgen Milagrosa en todo el país. Estas historias, transmitidas de generación en generación, fortalecen la fe de los panameños y consolidan la presencia de la Medalla Milagrosa como un símbolo de esperanza, protección y amor maternal en todo Panamá.

 

Significado de la medalla

La Medalla Milagrosa significa la devoción a la Virgen María y su papel como mediadora de gracias y protección divina. Representa la fe en la intercesión de María, especialmente en momentos de necesidad, y se considera un recordatorio de su amor materno y una invitación a vivir el Evangelio. Su significado se condensa en la invocación “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a ti”, que rodea su medalla.

Cada detalle de la medalla tiene un profundo significado religioso: el anverso muestra a la Virgen María de pie sobre un globo terráqueo, aplastando una serpiente, es decir, al mal.  De sus manos emanan rayos que significan las gracias que envía al mundo.

 

La postura de la Virgen con sus brazos abiertos simboliza la maternidad y el recurso que los devotos tienen de acudir a ella.

 

El reverso presenta una cruz entrelazada con la letra “M”, que significa la inseparable conexión entre Jesús y su Madre. Tiene dos corazones, el izquierdo rodeado de espinas que representan al Sagrado Corazón de Jesús; y el otro atravesado por una espada, que simboliza al Inmaculado Corazón de María; todo rodeado por doce estrellas, que aluden a la Iglesia que Cristo funda sobre los Apóstoles.

Para quienes porten la medalla con fe, recibirán protección y mucha paz.

 

Datos:

Quien porte la medalla con fe y devoción siempre tendrá la protección de nuestra Madre del Cielo.

La Virgen María se le apareció tres veces a Catalina, la primera noche del 18 al 19 de julio, y las veces siguientes hasta el 27 de noviembre de ese mismo año.

Las apariciones inspiraron la creación de una medalla con el diseño de la Virgen, a la cual la gente llamó “Medalla Milagrosa” debido a las gracias y curaciones que se le atribuyeron.

Diseño de la medalla: Catalina encargó al orfebre Adrien Vachette la fabricación de la medalla, según las instrucciones recibidas.

La devoción a la Medalla Milagrosa en Santiago de Veraguas tiene una rica historia, que se remonta a 1949 cuando los padres vicentinos trajeron la imagen a la ciudad.

Su  devoción se encuentra hoy muy arraigada en los cinco continentes.