Las Familias de Acogida representaron un gran aporte para la JMJ. Es en estos espacios donde los peregrinos tuvieron un contacto directo con la cultura del país que les acogió, y la familia se nutrió de una nueva cultura, creando un vínculo con los peregrinos, haciendo sus familias más grandes en el Señor.
Fue así como el equipo diocesano fue el responsable de coordinar alojamientos y la distribución de los peregrinos a las Familias de Acogida, para que tuvieran esta inolvidable experiencia.
Celso Reyes, fue uno de los pintadeños que abrió las puertas de su hogar para dar acogida a un peregrino guatemalteco; experimentó que ellos son enviados de Jesús, ya que tenía bien claro el mensaje de que peregrino que está en casa es igual a Cristo en casa.
Reyes comentó que al recibirlo en la parroquia Nuestra Señora de La Candelaria, vivió momentos de alegría. “Al abrazarlo, formó inmediatamente parte importante de mi familia; es una bendición de Dios, es la manifestación de él entre nosotros «, comentó Reyes.
Monseñor Edgardo Cedeño, obispo de Penonomé, manifestó el agradecimiento a las familias de acogidas y a los peregrinos de distintos países del mundo, y les animó a encontrar en Panamá un pedacito del mundo entero.
“Nuestra historia de servicio, de ser punto de encuentro, de unidad en la diversidad, sin distinción de credo, raza, edad, sexo; nos convertimos en el foco de atención, nosotros una nación tan pequeña”, puntualizó.
Zaida González, peregrina dijo que participar en los Días en la Diócesis y la Jornada Mundial, fue una bendición de Dios, pues se sentía llena del amor de Dios, esa fuerza que rompe fronteras.
“Nuestra misión a seguir es llevar el Evangelio a todos, en especial a otros jóvenes de una manera que les llame la atención y participar en la Iglesia; no había lugar para el cansancio”, recalcó González.
Mientras tanto, en la parroquia Santiago Apóstol de Natá, lo que tomó por sorpresa a la familia de Berluis y Miriam, los Murillo Vargas, fue que pensaban no iban a tener peregrinos, sorpresivamente les tocó dar hospedar al arquitecto Marlon Lázaro Antolin de 50 años de Manila y a Paolo Galang de 37 años, quien es candidato a alcalde de San Fernando, en Pampanga.
Pero ahí no quedó todo, a través de una llamada telefónica a eso de las 2:30 a.m. aproximadamente se les preguntó si estaban de acuerdo en recibir 2 peregrinos filipinos y la respuesta fue inmediata, “sí los vamos a recibir”, expresó Berluis.
“En nuestra casa no habrá dinero, ni los lujos que cualquiera persona esperaría, pero si hay amor al prójimo; participamos en todas las actividades religiosas, y fueron atendidos con mucho cariño”, puntualizó Miriam Vargas.