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Amor por los jóvenes y la iglesia siguen vivos

Amor por los jóvenes y la iglesia siguen vivos

Las Hermanas Teresianas del Espíritu Santo recuerdan con gran amor a su fundador, el padre Segundo Familiar Cano (q.e.p.d.), quien ha dejado un gran legado, no sólo en la diócesis de Chitré, sino también en los jóvenes y la iglesia panameña.

 

Por Karla Díaz 

Cruces y ornamentos, recuerdos del padre Segundo.

Los recuerdos del padre Segundo Familiar Cano son muchos; sus huellas perduran a pesar del tiempo, y por ello, las Hermanas Teresianas  han tomado la iniciativa de exhibir los atuendos y artículos más queridos y utilizados por el sacerdote.

Han decidido abrir las puertas de la “Casa del Padre Segundo Familiar” para las personas que quieran visitarla, puedan apreciar copones, estolas, libros, escritos y hasta su lugar de descanso, su habitación.

La Hermana María de los Santos González Flores destacó que esa pequeña casa, ubicada en Monagrillo, fue donde vivió el padre Segundo.  Todos esos artículos y recuerdos fueron recopilados por las mismas hermanas para el disfrute de todos los visitantes.  

 

“La exhibición es en la casita donde vivía el padre Segundo, ese espacio de madera de 2 cuartos, en donde hemos ido recogiendo todo lo que él utilizaba: albas, casullas, ornamentos, vasos sagrados, algunos escritos de su puño y letra y las cosas que él amaba”, dijo la religiosa.

 

Agregó que entre todas las Teresianas han aportado, ya que piensan que es importante preservar lo que él tenía, además de que la gente conozca cómo vivía el padre Segundo, su sencillez, bondad, honradez, todo lo que nos ayuda a nosotros que quedamos en este mundo a ser humildes y sencillos para poder predicar el evangelio.

 

Su cama, su mesita de noche, así vivía el padre Segundo.

 

¿Quién fue el padre Segundo?

Padre Segundo Cano… Un sacerdote ungido por el Espíritu Santo.

Fue un incansable vocero de nuestro Señor Jesucristo; un predicador que recorrió toda América y un poco más allá, anunciado la Buena Nueva de Jesucristo. En sus primeros años en Panamá se dedicó a llevar el mensaje de salvación a los campesinos; muchos hombres y mujeres que aún predican el Evangelio fueron formados por el sacerdote.

Construye el Templo de Llano Bonito, y se encarga de reunir a la juventud necesitada para guiarle espiritualmente.  Inspirado en ellos organiza año con año el Encuentro Nacional de Renovación Juvenil, donde aún hoy se dan cita miles de jóvenes panameños para vivir su fe en Cristo.

El padre Segundo funda en 1980 la Comunidad de Hermanas Teresianas del Espíritu Santo, animada por el ejemplo y guía de Santa Teresa de Jesús y del Espíritu Santo.  Las hermanas, desde la oración, laboran en la evangelización profética y catequética de la parroquia.

Actualmente realizan su trabajo pastoral en distintas parroquias de la diócesis.