El encuentro se convirtió en un momento de revitalización espiritual que aportará un nuevo fervor evangelizador en los países participantes y comunidades de fe locales.
Redacción
La Iglesia de Río Sereno, del distrito de Renacimiento en la diócesis de David, sirvió como sede anfitriona del Encuentro Continental de Animadores Comunitarios. Del 18 al 25 de julio estuvieron reunidos sacerdotes, seminaristas, religiosas, catequistas, educadores y comunicadores populares, artistas plásticos, muralistas, bailarinas, misioneros y estudiantes venidos de varios países del continente.
El sacerdote Eric Obaldía, misionero de la congregación San Vicente de Paúl y organizador del encuentro, explicó que las actividades se centraron en una pedagogía del sentir, incluyendo en los talleres de formación, expresiones artísticas, como pintura, mural comunitario, teatro del oprimido, música y experimentación grupal. “Se utilizaron metodologías de la educación popular que fomentaron el reencuentro como comunidad”, destacó.
Miembros de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) de Ecuador, México, Argentina, Cuba, Colombia, El Salvador, Costa Rica, Paraguay, Brasil, Honduras, Nicaragua y Estados Unidos compartieron con pobladores de comunidades locales como: Las Mellizas, Cañas Gordas, San Antonio, Bella Vista y Santa Clarita.
En equipos han participado en jornadas de limpieza de arrozal, de siembra de café, han preparado tamales y empanadas, mientras que otros profundizan en temas de interés colectivo como la gestión del agua.
Compartir fraterno
Dentro del programa, el domingo 21 de julio, el obispo de la diócesis de David, Monseñor Luis Enrique Saldaña, visitó el encuentro, celebró la eucaristía, invitándoles en su homilía a seguir caminando, dejándose mover por la Palabra, sin tener miedos a las contradicciones. Les invitó a retomar el sentido de las primeras comunidades, que todo lo compartían.
El padre Obaldía destacó que este encuentro fue posible gracias al trabajo organizativo de la Iglesia católica que peregrina en Río Sereno, animada por la juventud vicentina de la región y la Escuelita Bendita Mezcla, un programa de formación teológica de juventudes cristianas y poetas sociales de movimientos populares.
Para Lucía Fuentes, laica vicentina de la diócesis de David, “este espacio ha generado un tejido social nuevo que reestructura la manera de ser Iglesia, vamos motivados a seguir caminando en sinodalidad, centrados en la Palabra de Dios que nos redime a todos. Me ha quedado claro que si no cambiamos nuestra forma de ser iglesia, nos hacemos daño y nos dividimos”.
¿Qué son exactamente las CEBs?
Las Comunidades Eclesiales de Base son pequeñas agrupaciones en las que sus integrantes se conocen y comparten sus vidas. Se reúnen para rezar, estudiar las Escrituras, discutir las necesidades y los problemas de los miembros del grupo.
Entre todos toman las decisiones sobre las acciones que deben emprenderse, se ayudan mutuamente a vivir plenamente su compromiso en la construcción del Reino.
Las CEBs quieren ser la expresión actualizada más parecida a las primeras comunidades cristianas.
Según Alberto Agrazal, sociólogo y participante del encuentro, “las CEBs ofrecen un modelo de vida comunitaria fraterna y solidaria en un mundo marcado por el individualismo. Surgieron en diversas regiones de América Latina y Caribe, en la década de 1960, como consecuencia del Concilio Vaticano II, el cual enfatizó el carácter comunitario de la fe cristiana, vinculándola a la vida concreta”.
Asegura que tienen un fuerte carácter popular, con amplia presencia en las áreas más desfavorecidas, llegando a las periferias y su opción es por los pobres.
