Atención y apoyo no es suficiente para los menores infractores

Atención y apoyo no es suficiente para los menores infractores

La resocialización para quienes han estado detenidos en centros penitenciarios es un tema pendiente en Panamá, dado que hay apoyo de entidades, pero esta tarea no depende de ellas nada más, sino de todos como sociedad.

Según Fray Jonathan Vásquez, religioso de la orden de los Mercedarios, Capellán del Centro Femenino de Rehabilitación y del Centro Penitenciario El Re-nacer, buscar trabajo luego de salir de la cárcel no es tan sencillo, porque al ver su record policivo, son rechazados a pesar de la formación que reciben en muchos en estos centros.

Fray Jonathan tiene vasta experiencia en este tema, pues trabajó además en La Joya, La Joyita y la Mega Joya en su voluntariado antes de ordenarse,

“Como Iglesia Católica tratamos de mediar para poder ayudar a que estas personas vuelvan a seguir sus vidas con una oportunidad y empleo digno”, indicó. A la gran mayoría les cuesta mucho y, si consiguen, es en alianza con la iglesia, a través del Arzobispado o alguna parroquia, añadió.

En el caso de los menores de edad, “estamos tratando de que logren estas oportunidades con empresas, en apoyo conjunto, no solo como lo hace el Sistema Penitenciario, sino con entidades públicas y la empresa privada, porque es tarea de todos”, enfatizó Vásquez.

Son siete cárceles y dos sacerdotes mercedarios atendiendo al menos cuatro, en un compromiso sistemático. Es complicado, argumentó, y es la razón por la que, incluso, el Centro de Cumplimiento de Menores no cuenta con el apoyo de la iglesia, “y no es porque no se quiera, sino porque no nos damos abasto”, manifestó.

Hizo un llamado a la Iglesia para que más sacerdotes se sumen a esta tarea, tomando en cuenta que se tiene el apoyo del Arzobispo, pero se necesita más voluntariado y más ministros comprometidos”, acotó Fray Jonathan Vásquez.

Un servicio organizado

La atención penitenciaria es llevada de dos maneras: la capellanía, que le corresponde a los ministros ordenados, y el voluntariado, que son las manos y los pies de los capellanes. En las Joyas, por ejemplo, se dan cursos de formación bíblica, Cristología y catequesis sacramentales, para lo cual se forma un equipo de coordinadores de la Iglesia Católica que se encarga de animar a la población penitenciaria de cada uno de los pabellones.

En El Renacer hay talleres de oración y vida, mientras que en el Centro Femenino de Rehabilitación se dictan cursos de Lectio Divina, talleres de oración y clases de Biblia.

Dalia Castañeda, Directora del Centro de Cumplimiento de Pacora, asegura que se están tomando las medidas correspondientes para que, en un sistema coherente y unificado que funciona en el centro, todos los interlocutores sean parte de la res-puesta positiva para los menores infractores, y con ello darles las herramientas para progresar.

El objetivo es “cambiar un arma por una herramienta para trabajar y seguir adelante”, enfatizó Castañeda.

Explicó que el centro alberga a 93 mayores y 57 menores de edad. “Desde su inicio el 26 de mayo de 2012, trabajamos para reinsertar a la sociedad a los jóvenes que ingresan. Esta reinserción no puede ser llamada resocialización porque se trata de un menor de edad que no estudió, no se formó dentro de la sociedad, sino que vivió de manera antisocial, aislado. El proceso es diferente al de los adultos, pero exige igual compromiso, señaló Castañeda, “sólo que con los menores, si mantenemos el sistema de continuidad aun estando fuera del centro, hay más oportunidades de cambios por la edad”, puntualizó.

El centro funciona en fases. La primera es la Cero o Acogida, que dura un mes de evaluación constante; luego pasan a la fase de Formación y Crecimiento, en la que comienzan a estudiar y tomar cursos o talleres, incluso formación de primaria, pre media y media. Luego pasan a Desempeño y Compromiso, período que inicia la transición y, según su desenvolvimiento, el menor de edad recibe la oportunidad de empleo y hasta estudios universitarios.

Hay oportunidades

Recientemente, tres jóvenes lograron contratos de trabajo al salir del Centro de Cumplimiento de Pacora y un joven trabaja con la empresa Xtraco, encargada de la construcción del centro de transición que está al lado de este recinto, informó Castañeda. Al salir, los jóvenes logran con-seguir un empleo por sus propios medios dada la experiencia y la formación que reciben en: informática, ebanistería (solo para adultos), construcción, pintura, gastronomía, serigrafía y cría de pollos de engorde (esta formación la brinda la Fundación Melo que mantiene dos galeras con 3 mil pollos). Otros, han recibido apoyo de empresas

Comunidad terapéutica en Pacora

El Doctor Manuel Zambrano, encargado de la Clínica del Centro de Cumplimiento de Pacora, explica que al llegar al centro, a los jóvenes se les practican exámenes generales y constantemente son visitados en sus pabellones para ver realmente las condiciones en que se encuentran.

Asimismo, se les vacuna, se les hace su profilaxis dental y evaluación de psiquiatría. Además, con la comunidad terapéutica especial se tratan, incluso, adicciones.

Este programa es un plan piloto, porque resulta que casi el 95% de los menores que ingresan tienen adicciones y hay que ayudarlos para que las superen.

Por su parte, Balbina Rodríguez, Coordinadora de la Comunidad terapéutica de este centro, asegura que esta funciona desde hace años, pero en esta ocasión se trabaja con 10 profesionales multidisciplinarios, que atienden a 16 jóvenes.

Debería trabajar 24 horas, señaló, pero en estos momentos no funciona al 100% por falta de espacio y recursos. “Hay 9 jóvenes en atención con el objetivo de ayudarlos a superar sus adicciones así como la dependencia, tarea importante para lograr un cambio de conducta y que tengan metas para manejarse mejor dentro de la sociedad”, argumentó.

Los jóvenes reciben charlas diarias, incluso con terapeutas vivenciales, que son personas que han superado estas adicciones a las drogas y les dan acompañamiento en este tema, acotó Rodríguez.