La Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Panamá se esfuerza por sostener económicamente el Centro de Acompañamiento Integral a Refugiados y Migrantes Hogar Luisa, lugar que ofrece protección y ayuda a personas en situación de vulnerabilidad.
Por Marianne Colmenárez
El Centro de Acompañamiento Integral a Refugiados y Migrantes Hogar Luisa se ha consolidado como un faro de esperanza para aquellas hermanos y hermanas de diferentes latitudes que decidieron salir de sus hogares en busca de un futuro mejor; o como en muchos casos, les obligaron a huir, son víctimas de violencia, guerras y persecuciones en sus países de origen.
Desde hace 10 años, el CAI Hogar Luisa ofrece un espacio seguro y acogedor donde los refugiados y migrantes pueden encontrar ese apoyo integral, necesario para reconstruir sus vidas.
Vidalina Santos, trabajadora social de esta obra arquidiocesana, asegura que, a través de la atención psicológica, la orientación social y jurídica, se fomenta la resiliencia y el empoderamiento de las personas atendidas.
Explica que la asistencia humanitaria que se ofrece, se realiza gracias a las donaciones de alimentos y artículos de aseo que se reciben de parroquias, grupos, movimientos y personas particulares; donaciones en efectivo a través de la cuenta bancaria, así como también de las ventas realizadas en el Bazar Solidario.
¿De qué trata esta iniciativa?
Jorge Ayala, secretario ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana (PMH) y director del Hogar Luisa, señala que el Bazar Solidario se ha convertido en el principal pilar de autogestión de esta obra de misericordia.
“Todos los sábados, desde la misma sede del Hogar Luisa se abre un espacio para la venta de artículos de segunda mano, pero en muy buen estado. Esta actividad no solo contribuye a la autosostenibilidad del centro, sino que también promueve la economía circular y la solidaridad entre los asistentes”, expresó Jorge.
El Hogar Luisa está ubicado en Parque Lefevre, entrando por la calle de la Iglesia de Piedra.
Este pequeño mercado abre sus puertas desde 10:00 a.m. hasta las 3:00 p.m. Quienes asisten se pueden encontrar muebles, electrodomésticos, colchones, ropa, juguetes, utensilios de cocina y otros artículos útiles a precios accesibles.
“Cada compra realizada en el bazar solidario tiene un impacto directo en la vida de los refugiados y migrantes, ya que los fondos recaudados se destinan a cubrir los costos de mantenimiento y servicios básicos del albergue. Se compran pañales, fórmulas infantiles, medicamentos, se pagan exámenes y consultas médicas, transporte interno e internacional, alquileres y otro tipo de necesidades según los casos que se presentan diariamente”, detalló Ayala.
Cabe destacar que desde sus inicios han contado con el apoyo técnico y financiero de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
“Este aporte nos permite contar con un mínimo de personal permanente que garantiza el funcionamiento del CAI Hogar Luisa”, aclaró Ayala.
Velkys De Cruz, estudiante de la Universidad del Istmo, cumple su labor social colaborando en el montaje y desmontaje del bazar solidario.
“Ha sido una experiencia muy positiva, veo cómo personas de escasos recursos económicos, tanto migrantes como nacionales, cubren sus necesidades de vestimenta y calzado. Además, tienen la posibilidad de adquirir a muy bajo costo artículos necesarios para sus hogares”, manifestó.
Asesoría jurídica gratuita
Desde las mismas instalaciones del Hogar Luisa, se ofrece todos los jueves asesoría jurídica a la población migrante en situación irregular.
La abogada Myrna López Yuras, de la Fundación Casa Latinoamericana (CASALAT), y la Defensoría del Pueblo, a través de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) atienden personalmente desde las 9:00 a.m hasta las 12:00 md. Los interesados pueden coordinar una cita llamando al 203-7600 o escribiendo al WhatsApp 6450-9707.