Es una fecha para reflexionar y movilizar la conciencia global frente a los desafíos ecológicos.
Por Karla Díaz
Este 5 de junio, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha clave en el calendario ambiental global. Instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en 1972, esta jornada tiene como objetivo impulsar la acción colectiva frente a los desafíos más urgentes del planeta.
Cada año, el Día Mundial del Medio Ambiente pone en el foco una problemática específica, como la contaminación, la pérdida de biodiversidad o el cambio climático para inspirar políticas públicas, fortalecer la educación ambiental y promover cambios reales en todos los niveles de la sociedad.
Una realidad de la que no escapamos

Fray Yhonis Velásquez, OFM, responsable de la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de La Pintada, resalta que nuestro país goza de todas las condiciones ambientales que son necesarias para vivir: agua potable, vegetación, montañas, fauna y flora, tierra fértil; un paraíso que debemos preservar.
Sin embargo, en esta misma línea, agrega que en temas del cuidado del medio ambiente es lamentable que en nuestro país se desarrollen muchos proyectos que están movidos por la codicia y la corrupción, lo que crea vulnerabilidad en la población.
“Si esto no se controla, habrá en el país agua contaminada, enfermedades, y lo más grave, vamos a tener que emigrar porque no vamos a tener las condiciones para vivir aquí”, señala.
El religioso hizo un llamado para que se detenga la destrucción del medio ambiente: “Por amor a Dios, por amor a sus hijos, por amor a este pueblo, renuncien a estos proyectos de muerte”, dice.
También hace un llamado a la jerarquía de nuestra Iglesia a no ser neutrales. “Como Iglesia estamos para promover la vida, para estar al lado de los pobres; debemos exigir respeto para la tierra y para los pobres, y alto a la represión.
Todos somos responsables

La ambientalista Raisa Banfield asegura que Panamá ha avanzado mucho en materia de legislación, convenios, acuerdos y liderazgos ambientales a escala global, sin embargo, en el territorio, la realidad es muy diferente. De hecho, hay una contradicción entre lo que se aprueba y se firma en el ámbito internacional versus lo que pasa con nuestro territorio.
El 5 de junio se ha transformado en un altavoz para gobiernos, organizaciones y ciudadanos comprometidos con la defensa de la naturaleza.
“Por ejemplo, la pretensión de hacer un puerto de alto calado en medio de los manglares protegidos de David; pretender abrir una mina que tiene un fallo más allá de un contrato por la incongruencia que existe entre esa actividad, el ecosistema y los seres humanos, el manejo del agua, entre muchas cosas más, que nos dicen que algo no estamos haciendo bien”, destaca.