Existen diferentes tipos de violencia, como la violencia intrafamiliar, doméstica, sufrida sobre todo por las mujeres y la violencia urbana, generalizada en las calles, responden a un tipo de cultura provocada por el sistema de exclusión en que vivimos y que cobra muchas vidas de muchos panameños.
No se trata de hechos aislados, responde a un sistema perverso que engendra violencia en el comportamiento de personas que se sienten fuera de los beneficios de la sociedad. Es la punta del iceberg de una situación social con causas mucho más profundas y complejas, que se relacionan con el establecimiento de una cultura de violencia en las calles de Panamá y en la sociedad panameña.
Sin importarles los daños humanos y al más puro estilo mafioso, los sicarios ajustan sus cuentas en medio de la multitud, poniendo en peligro a quienes transitan por las calles de esta ciudad, donde los hechos violentos crean temores en la población.
Fuentes judiciales indican que en Panamá se cometen 4 delitos cada doce horas. El nivel de desconfianza de la población en las autoridades encargadas de prevenir, investigar los delitos, e impartir justicia ha motivado a la ciudadanía a tratar de resolver los conflictos por su propia vía y a no dar parte a las autoridades de los hechos delictivos.