La comunidad parroquial Nuestra Señora de Lourdes en Carrasquilla fue testigo de la inauguración de un proyecto anhelado por años.
Por Marianne Colmenárez
Con profunda devoción y recogimiento, fieles de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en Carrasquilla, vivieron la conmemoración de los fieles difuntos con la inauguración y bendición de las nuevas criptas del templo parroquial, presidida por el Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta.
En su homilía, monseñor Ulloa, recordó que la esperanza vence a la muerte y animó a los fieles a mirar el sentido de la vida desde la fe. «No venimos a los cementerios movidos por la desesperanza, sino con la certeza de que quien amamos no se ha perdido, sino que descansa en Dios”, afirmó.
El Arzobispo destacó que las criptas recién bendecidas no son lugares de sombra, sino espacios de luz, de silencio y oración, donde el cuerpo dormirá en la paz del Señor mientras el alma vive ya en la gloria del cielo.
Destacó que dar sepultura a los difuntos “es una obra de misericordia y una proclamación de nuestra fe en la resurrección”.
Manifestó que estos espacios no deben ser vistos como lugares de tristeza, sino como semilleros de eternidad, donde el silencio germina la vida nueva prometida por Cristo. “El cuerpo, creado por Dios y hecho templo del Espíritu Santo, merece reposar en un sitio que hable de fe, esperanza y comunión con el Señor”, dijo.
Para el Arzobispo los funerales deben llevarse a cabo con sencillez y sentido cristiano. “Dejémonos de estar complicándole la vida a la gente después que nos morimos. El mejor homenaje a nuestros seres queridos es recordarlos en la oración”, dijo entre sonrisas, invitando a las familias a reunirse en torno a la misa y celebrar la vida de quienes ya partieron.
Un proyecto al servicio de la comunidad
El padre Alejandro Goulbourne, párroco de Nuestra Señora de Lourdes, afirmó que la construcción de las nuevas criptas es fruto de un sueño largamente anhelado por la comunidad parroquial.
“Este proyecto se inició hace más de diez años y hoy, gracias al esfuerzo de muchos, vemos cómo se concreta en una obra de fe y servicio”, indicó.
Detalló que el espacio cuenta con 353 nichos con espacios para dos y cuatro personas, pensados para acoger con dignidad a los fieles difuntos.
“Queremos ofrecer un lugar bendecido, donde las familias puedan depositar las cenizas o los restos de sus seres queridos y mantener viva la esperanza de la resurrección”, señaló.
El padre Alejandro subrayó que la parroquia busca que este servicio sea accesible a todos los fieles, sin importar su condición económica. “Aquí llega gente con realidades distintas, y eso es una riqueza. No buscamos lucrar, sino servir. Nuestro compromiso es con la misericordia y la solidaridad”.
Finalmente, el padre Goulbourne aseguró que las criptas se convertirán en un signo visible de la fe de la comunidad.
