Con pancartas y oración, los fieles caminaron desde Las Trancas hasta la parroquia San Pedro Apóstol de Santa Fe de Veraguas.
Por Marianne Colmenárez
Con profunda solemnidad, la Iglesia católica panameña recordó los 54 años de la desaparición del sacerdote Jesús Héctor Gallego Herrera, reafirmando su compromiso con la búsqueda de la verdad y la justicia.
La celebración eucarística, presidida por monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, tuvo lugar este 8 de junio en la parroquia San Pedro Apóstol de Santa Fe, Veraguas, comunidad que fue testigo del servicio pastoral de este joven sacerdote colombiano.
Durante su homilía, monseñor Ulloa manifestó que “el hallazgo del cuerpo del padre Gallego no es solo un acto de justicia personal; es una deuda histórica con todo un pueblo”.
Señaló que este hecho representaría una dignidad restaurada para él y para todas las personas desaparecidas en la historia reciente del país.
La memoria no se borra
La Iglesia pidió de manera firme la apertura de archivos, la escucha activa a las familias, la identificación de restos, el reconocimiento de responsabilidades y garantías de no repetición.
“Mientras el cuerpo del padre Gallego no aparezca, el país entero llevará una herida abierta en su conciencia histórica”, aseguró el Arzobispo.
Misa en la parroquia San Pedro Apóstol, en Santa Fe.
También recordó que Gallego no llegó a imponer ideas, sino a compartir la vida y la lucha de los campesinos, guiado por el espíritu del Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín.
“El padre Héctor vivió como un auténtico pastor con olor a oveja”, dijo, resaltando su compromiso con las comunidades de base, las cooperativas y la esperanza del Evangelio.
Monseñor Ulloa hizo un reconocimiento a la comunidad parroquial de Santa Fe por custodiar con fidelidad la memoria del padre Héctor. “Han resistido al olvido y nos han recordado que el testimonio del mártir no se borra con la violencia ni con el silencio”.
Durante la celebración, se entregaron reconocimientos a la comunidad parroquial de San Pedro Apóstol y a la comunidad de La Herradura, por mantener vivo el legado del Padre Gallego.
Edilma Gallego, hermana del sacerdote desaparecido, destacó que la participación de las comunidades se mantiene viva cada 8 de junio, así como el respaldo permanente de la Iglesia en la búsqueda de la verdad.
