La IA ha recibido mayor atención en la salud, el transporte, la educación y el entretenimiento, lo que ha atraído gran inversión de empresas privadas y gobiernos.
Por Elizabeth Muñoz de Lao
El mundo de hoy tiene un componente tan práctico como desafiante: la Inteligencia Artificial (IA). Y, ¿quiénes son sus más entusiastas usuarios? Pues, los jóvenes.
Aquellos que tienen acceso fácil a las nuevas tecnologías, prácticamente conviven con ella, según la docente universitaria en comunicación digital y periodista, Elizabeth Garrido.
“Se trata de una herramienta de las nuevas tecnologías de la información que está para ayudar a mejorar procesos, pero no reemplaza al ser humano”, recalca.
Es maravilloso contar con herramientas tecnológicas que ayuden a procesar datos de manera rápida o hacer transcripciones, pero eso no significa que el joven deje de aprender. Significa que puede enfocarse en su aprendizaje utilizando herramientas que le ayuden.
En tanto, sor Esther Rodríguez, directora del Colegio Agustiniano Nuestra Señora Del Buen Consejo, sostiene que la IA no es ni inteligente ni artificial. Es una herramienta creada y controlada gracias a datos, algoritmos y modelos, por los seres humanos.
Por eso hoy, cuando esta tecnología se hace más presente en el mundo de los jóvenes, es necesario la reflexión ética, no solo de su uso, sino también de su construcción.
Su colegio inició este año un programa de alfabetización en IA, que tiene un punto de partida: la reflexión ética y moral en el proceso de aprendizaje, desarrollando un pensamiento técnico para comprender cómo funcionan los datos y los algoritmos que impulsan la IA, y cómo se toman las decisiones basadas en datos. Pero también se desarrolla un pensamiento crítico e imaginativo para analizar, identificar problemas y diseñar soluciones creativas desde las discusiones, debates, estudios de casos, proyectos, que se van a generar a lo largo del aprendizaje de niños y adolescentes.
Esto va a reforzar una ciudadanía responsable y con actitudes críticas desde la propuesta de nuestros valores cristianos. Los chicos tienen que saber que crear IA conlleva una enorme responsabilidad y que los sesgos que generan los algoritmos pueden comprometer la privacidad, la seguridad y la dignidad del trabajo humano.
“Tenemos que enseñar bien a los chicos a pilotar este avión, para evitar accidentes mortales”. dice.
¿Cómo y para qué deben usarla?

Para aprender y organizarse mejor.
- Planificar tareas sin reemplazar la disciplina.
- Reforzar el aprendizaje de otro idioma. Hay chatbots o asistentes con IA que ayudan.
- Generar ideas creativas para proyectos.
La ética y la moral también aplican en el uso de la IA, por eso se debe contrastar la información obtenida, citar fuentes, proteger los datos personales y no compartir información sensible en plataformas de IA, señala Garrido.
Herramienta útil para todos
- Su auge se debe a la convergencia de mejoras en algoritmos, hardware y datos, y a aplicaciones accesibles como ChatGPT.
- La IA es solo una herramienta. Esa satisfacción del trabajo bien hecho, por uno mismo, no la reemplaza ninguna máquina.
- Hay que pensar en las consecuencias de la IA en la familia y los vínculos afectivos en el mundo digital gobernado por algoritmos.
- La docente Garrido ha incorporado el uso de IA en los trabajos de sus estudiantes de Comunicación Social en la
Definiendo la Inteligencia Artificial
Elizabeth Garrido define la IA como una “rama de la Informática” que técnicamente hace que las máquinas puedan hacer tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como reconocer patrones o aprender de los datos. Esto incluye la habilidad para aprender de la experiencia, adaptarse a nuevas situaciones, entender el lenguaje y resolver problemas complejos. La IA abarca el procesamiento del lenguaje natural, que permite a las máquinas realizar tareas como reconocimiento de voz y traducción automática, entre otras.