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Itinerario de Pablo hacia Éfeso

Itinerario de Pablo hacia Éfeso

Lucas, utilizando buenas fuentes y tradiciones, escribe el libro de los Hechos de los Apóstoles. Su preocupación es más teológica que histórica, por ello va entretejiendo este viaje de Pablo, de Corinto a Éfeso.

En Corinto, Pablo permanece un tiempo largo, porque se dedica a predicar que Jesús es el Mesías, y ante la incredulidad de judíos decide dirigirse a los paganos se embarca para Siria, y en Céncreas, un puerto de Corinto, se rapa la cabeza, para cumplir una promesa que no se describe en el texto bíblico.

Éfeso es una ciudad importante por su situación geográfica, capital de la provincia romana de Asia. Dentro de sus edificios suntuosos descollaba el templo de Artemisa, diosa de la fecundidad. Al llegar Pablo a Éfeso, encuentra cristianos no muy bien formados, los instruye y con ellos crece una comunidad de paganos convertidos. Su decisión de partir a Éfeso pudo estar influenciado por Priscila y Aquila. En Éfeso, Pablo permanece poco tiempo, allí discute con los judíos en la sinagoga, charlaba con ellos, lo recibían bien, lo aceptaban y le pedían se quedara, pero Pablo decide irse, prometiendo volver. Regresará para culminar la tercera etapa de su misión.

Prosigue su viaje y llega a Cesarea, puerto de Jerusalén; sube a saludar a la Primera Comunidad que es el foco central del fenómeno cristiano, y con ello se entiende la promesa hecha en Céncreas (rapado del cabello), porque se sitúa en este momento el Concilio de Jerusalén (Hch 15).

Se puede suponer que Pablo hacía el voto para que su espinosa visita en el Concilio de Jerusalén fuera positiva, dado que su apostolado entre los paganos era cuestionado y sobre él se despertaban sospechas.

¿Quién era Apolo?

Aparece aquí la figura de Apolo, quien llega de Éfeso, procedente de Antioquía. Sólo conocía el bautismo de Juan, por lo que pudo ser un bautista hecho discípulo de Jesús. Era un hombre elocuente y versado en las escrituras, predicaba que Jesús era el Mesías. Aquila y Priscila,  líderes de la comunidad cristiana de Éfeso, deciden completar la formación cristiana de Apolo, procurando que su “Jesusología” se transforme en “cristianismo”. Su influencia fue notoria en Efeso y principalmente en Corinto, llegando a recibir ayuda para proseguir su actividad y hasta pudo rivalizar con Pablo.