Esta coronación no es solo un acto externo, sino una invitación a una renovación profunda de la fe, del amor mariano y del compromiso cristiano.
Karla Díaz
La Arquidiócesis de Panamá se prepara para vivir uno de los actos litúrgicos más significativos de su historia: la Coronación Pontificia de la imagen de Santa María de la Antigua, patrona del país, en un acto solemne en un acto solemne presidido por Monseñor Dagoberto Campos Salas, Nuncio Apostólico de Panamá, con la presencia de Monseñor José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla, España.
¿Qué es una Coronación Pontificia?
Consiste en la solemne imposición de una corona sobre una imagen de la Virgen María que, a lo largo del tiempo, ha sido objeto de una profunda y continua devoción popular.
Cuando esta coronación es concedida directamente por el Papa, se le otorga el título de Coronación Pontificia, el más alto reconocimiento que la Iglesia católica puede dar a una imagen mariana.
Según un escrito de la Diócesis de Córdoba, en España, esto significa que el Santo Padre, tras revisar cuidadosamente el expediente presentado, ha determinado que la devoción a esa imagen ha sido auténtica, constante, y con frutos espirituales para el pueblo de Dios.
“No es simplemente un acto simbólico o estético, es una proclamación pública de que María, en esa advocación, ha sido Madre y Reina de los fieles, y por eso la Iglesia Universal la honra solemnemente en nombre del Papa”, resalta la información.
Según el portal web ACI Prensa, son pocas las advocaciones marianas que han sido coronadas por mandato de un Papa, entre ellas la Virgen de Guadalupe de México, en 1895, por el papa León XIII; la Virgen de Aparecida en Brasil, en 1904, por el papa Pío X, y Nuestra Señora del Divino Amor en Brasil, por el papa Francisco en 2021.
Un ritual sagrado y un hito histórico que enaltece la devoción Mariana en el país.
¿Por qué Panamá?
La devoción a Santa María de la Antigua forma parte esencial del alma religiosa panameña desde los tiempos de la fundación de la ciudad. Su imagen ha sido faro de fe, intercesora en momentos de prueba y símbolo de identidad espiritual para generaciones.
El Papa León XIV, al conceder esta Coronación Pontificia, reconoce no solo la antigüedad de esta devoción, sino su vigencia, vitalidad y profundidad en la vida de la Iglesia en Panamá.
