Peregrinación a Jerusalén

Peregrinación a Jerusalén

Un grupo importante del clero de Panamá viajó en días pasados para realizar una peregrinación a Tierra Santa; a  continuación describo las experiencias más significativas.

Sacerdotes de las más variadas edades nos fuimos integrando desde la salida del viaje, hasta llegar a una camaradería y plena integración. Quienes nos dirigían, nos sugirieron que “no nos adelantáramos a los acontecimientos, sino que nos dejáramos sorprender” y así fue para la programación cotidiana. Algunos compañeros ya conocían, otros era nuestra primera vez y por tanto éramos como los más emocionados; era como estar leyendo el Evangelio a través de la geografía, la historia y los textos que en cada lugar se proclamaban.

La organización de la peregrinación estuvo a cargo del Neo-catecumenado de Panamá y la sede de la Domus Galileae. De hecho, el principal animador y acompañante fue el P. Rino Rossi, sacerdote italiano, y luego el seminarista centroamericano César.

El recorrido de la peregrinación se realizó en dos grandes etapas: Galilea, al norte de Israel,  con  su entorno Monte Carmelo, Korazaín, Nazaret,   Cafarnaum, Betzaida y Magdala. Luego hacia el sur, Jerusalén, con su entorno bíblico: Belén, Getsemaní, Gólgota y Santo Sepulcro, Betania, el río Jordán y el desierto.

Cada uno de nosotros, a través de las lecturas bíblicas y de las celebraciones, íbamos interiorizando y confrontando los desplazamientos de la vida de Jesús, lugares y motivos de sus encuentros, discursos, milagros y, sobre todo, de su pasión, muerte y resurrección, que se iban sucediendo junto con la historia contemporánea de su tiempo, con sus avatares, en conexión con el antiguo testamento y la época actual.

Los innumerables peregrinos acuden permanentemente con el fin de recorrer los pasos de Jesús y ojalá poder interactuar, como sucede en el río Jordán donde podemos renovar nuestro bautismo, o cerca  del lago de Galilea, reafirmar el primado de Pedro y nuestro amor a Jesús.