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“Permanecer para amar”, el llamado del Papa en el Jubileo de los Migrantes

“Permanecer para amar”, el llamado del Papa en el Jubileo de los Migrantes

El Santo Padre exhortó a mirar al forastero con compasión. Afirmó que inicia una nueva época misionera donde las fronteras ya no son geográficas, sino el sufrimiento y la esperanza que vienen hacia nosotros.

 

Por Marianne Colmenárez

El 4 y 5 de octubre, la Ciudad Eterna fue escenario del Jubileo de los Migrantes y el del Mundo Misionero, dos celebraciones centrales del Año Santo 2025. 

La lluvia que cayó al inicio de la misa dominical no impidió que miles de peregrinos permanecieran firmes en la Plaza de San Pedro, atentos a cada palabra del papa León XIV, quien recordó que la fe, aun siendo pequeña como un grano de mostaza, tiene la fuerza del amor de Dios que transforma la vida.

El Papa elogió a los creyentes que acogen migrantes y promueven la fraternidad.

El Santo Padre invitó a los fieles a dejar atrás la frialdad de la indiferencia y a vivir la misión permaneciendo junto a quienes sufren.

Expresó que “la cuestión no es partir, sino permanecer para anunciar a Cristo a través de la acogida, la compasión y la solidaridad”.  

Su llamado tocó profundamente a los presentes, entre ellos, misioneros y agentes pastorales que acompañan el camino de los migrantes en obras y pastorales de distintas partes del mundo.

Entre ellos se encontraba la hermana Alma Huerta, misionera scalabriniana y representante de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Panamá, quien compartió que escuchar al Papa fue una experiencia profundamente conmovedora. 

 

“Sus palabras dieron voz al sufrimiento de tantos migrantes que atraviesan noches de miedo y soledad, confiando solo en la fe y en la esperanza de un nuevo comienzo”, expresó. 

 

Dijo que comprendió, con mayor fuerza, que la misión no siempre significa partir hacia otros lugares, sino también permanecer para abrir el corazón a quienes llegan buscando un puerto seguro.

Desde la Red Clamor Latinoamérica, una delegación de veinte personas también participó en el Jubileo. 

Su secretario ejecutivo, Elvy Monzant, expresó que el encuentro reafirma el compromiso de la Iglesia con la esperanza y la vida en medio de un contexto mundial marcado por el dolor y la migración forzada. 

“Venimos a la tumba de Pedro y a su sucesor para renovar nuestra misión de ser testigos junto a los migrantes”, resaltó.

La misionera Eleia Scariot, brasileña scalabriniana que sirve en Roma, relató que el Jubileo fue una señal luminosa de esperanza. Ella forma parte del equipo pastoral que acompaña a miles de migrantes en la diócesis romana ofreciendo clases de idiomas, asesoría jurídica y atención psicológica.

 “Cada migrante es un reflejo de Cristo, que nos enseña a esperar y a creer en la bondad de los demás”, señaló. Agradeció, además, la generosidad del pueblo italiano que, desde sus parroquias, demuestra una acogida sincera y solidaria.

 

Panameños de diversas parroquias participaron en la Audiencia Jubilar.

 

Música, culturas, fraternidad

El Jubileo concluyó con una jornada festiva en los Jardines de Castel Sant’Angelo, donde se vivió un encuentro lleno de música, danzas y testimonios que mostraron la belleza de una Iglesia universal.

Elvy y Rigoberto interpretaron una canción que reflejó la multiculturalidad latinoamericana.

 Fue una tarde de música, testimonios y espectáculos con migrantes, misioneros y artistas provenientes de los cinco continentes.  

Entre los participantes estuvo Luz Patricia Cruz, peruana que llegó a Roma hace treinta y cuatro años y halló en la danza una forma de mantener vivas sus raíces. “Enseño a los jóvenes a no olvidar su cultura, porque así fortalecen su identidad y construyen puentes de fraternidad”, compartió emocionada.

La tarde también ofreció un momento especial con la presentación de Elvy Monzant junto a Rigoberto Urdaneta, ambos miembros de la Red Clamor Venezuela. 

Mientras en las pantallas proyectaban imágenes de la realidad venezolana, interpretaron el canto Señor de la Esperanza, del compositor peruano Gilmer Torres, una melodía que recuerda a un Jesús que camina con su pueblo y siembra esperanza en medio del sufrimiento. 

Entre aplausos y gestos de fraternidad, el Jubileo del Mundo Misionero y el de los Migrantes se convirtió en la expresión de una Iglesia que permanece para amar y que sigue reconociendo en cada rostro migrante la presencia de Cristo que salva renovando la esperanza.

 

Voces del Festival

Diego Truli

Italo-peruano – Perú Folk

“Somos una generación nacida en Italia y estamos orgullosos de demostrar nuestra cultura peruana. En el festival bailamos Marinera Norteña y Valichay Cusco”.

 

 

Enrique López

Periodista – Puerto Rico

“En mi trabajo trato de buscar ese rostro humano, veo los sentimiento, esa fe de los migrantes que no se encuentran en las primeras filas del Vaticano”.

 

 

 

Marcia Ponce

Cáritas Brasil

“Los migrantes traen una riqueza inmensa con sus tradiciones y gastronomía. La migración y eventos, como este festival, permiten unirnos como familia humana”.

 

 

 

José Arnaldo Mujica

Periodista  – Venezuela

“Estoy muy emocionado de ver en un mismo lugar tantas culturas juntas, diferentes características que se unen dentro de la fe; esto nos fortalece como Iglesia”.