Los estudios y la experiencia que se desprenden del análisis de la migración Hispana nos muestran que la migración interrumpe el crecimiento interno de la pareja y crea procesos de confusión e inseguridad, desde el momento en que comienza a planearse: ¿comparten los dos el por qué y el para qué necesitan emigrar?,¿merece la pena el riesgo que se corre?, ¿pueden los dos miembros de la pareja emigrar al mismo tiempo?, ¿tiene la pareja la opción de llevar con ellos a sus hijos?.
La mayoría de veces, los dos miembros de la pareja no emigran juntos sino que viene primero uno de ellos y más tarde, si las condiciones son propicias, viene el otro miembro, y después, si se puede, vienen los hijos.
Se debilitan los patrones de comunicación alcanzados entre la esposa y el esposo, y crea un sentimiento nuevo de soledad al sentirse cada uno de ellos incompleto sin el otro.
Junto al desarraigo de su medio ambiente cultural y social, la pareja experimenta también sentimientos de marginación debido al desconocimiento del lugar, en algunos casos del idioma y de las costumbres. Por eso es primordial que se esfuercen en tener una comunicación franca y abierta entre ellos, para que puedan definir y fortalecer sus sentimientos, y para que discutan igualmente los desafíos y las incertidumbres que enfrentan.
La comunicación es la herramienta clave, capaz de sanar las heridas que el proceso migratorio trae a su relación y la que mejor puede restablecer la vida emocional e íntima.
Acompañando y sosteniendo
En la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, San Juan Pablo II manifestó su deseo de que las familias de emigrantes pudieran “tener la posibilidad de encontrar siempre en la Iglesia su patria”, donde sean asistidas en su propio idioma y cultura. Por su parte el papa Francisco ha manifestado que “salvarle la vida a alguien que está huyendo de la guerra y la pobreza es un acto de misericordia».
Definitivamente si ayudamos a las parejas les estaremos acompañando en su caminar a través de las diversas etapas de su formación. Ante la crisis la pareja están llamadas a ejercer el poder creativo que Dios puso en sus manos, para que cuide del amor y de la vida.