El mundo cada día nos exige que actuemos, que alcemos nuestra voz y tomemos decisiones importantes, llevándonos muchas veces a cuestionarnos si somos muy jóvenes para afrontar los retos que nos imponen, pero esto no es nuevo, pues la Palabra de Dios, a lo largo de la historia de la salvación nos muestra muchos jóvenes que se hicieron esta misma pregunta. Sin embargo, ellos encontraron la fuerza para seguir abandonándose a la voluntad de Dios. Por lo que Dios, hoy nos motiva a tomar a esos jóvenes y sus actitudes como ejemplo. Estamos llamados a ser valientes y humildes como Saúl y David, a pedir la sabiduría a Dios como Salomón, a ser sinceros como Gedeón y a confiar en la misión que Dios nos tiene preparada como Jeremías.
Cabe resaltar que, aunque somos el ahora y protagonistas de la historia, no podemos olvidarnos de los ancianos, debemos imitar a Ruth, al ser pacientes y generosos con ellos, y a su vez recordar que ya han pasado por éxitos y fracasos, por alegrías y grandes angustias, su experiencia es de gran valor para nuestra vida, como lo fue la de Elí para la vida del joven Samuel, que escuchándolo pudo dar respuesta al llamado que Dios le hacía. Con todo esto, el mensaje de Dios es claro, como jóvenes debemos atrevernos a soñar en grande y gastar nuestra juventud en él, pues así experimentaremos el amor y la felicidad plena.
