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“Que ningún anciano sea abandonado, que nadie se sienta inútil”, dice León XIV

“Que ningún anciano sea abandonado, que nadie se sienta inútil”, dice León XIV

En el Segundo Congreso Internacional de Pastoral de los Ancianos, el Papa León XIV recordó que los mayores son un don y una bendición, llamados a ser testigos de esperanza y protagonistas activos en la Iglesia.

Karla Díaz

Durante la audiencia concedida a los participantes del Segundo Congreso Internacional sobre la Pastoral de las Personas Mayores, celebrado en Roma, el Papa León XIV subrayó la importancia de acoger y valorar a los ancianos, destacando que la prolongación de la vida es uno de los signos de esperanza de nuestro tiempo.

“Los ancianos son un don, una bendición que hay que acoger. La medida de nuestra humanidad no es lo que logramos, sino nuestra capacidad de dejarnos amar y ayudar cuando es necesario”, afirmó el Papa León XIV.

El amor hacia los ancianos es fundamental para reconocer su valor y sabiduría

“¡Que nadie sea abandonado! ¡Que nadie se sienta inútil!”, exhortó el Pontífice, recordando que la pastoral de los ancianos debe ser “evangelizadora y misionera”, capaz de acompañar la fragilidad y transformar la soledad en encuentro con Cristo.

El Papa señaló que la vejez no es un defecto, sino parte de la maravilla de la vida, y que la fragilidad, lejos de ser un obstáculo, puede convertirse en “un puente hacia el cielo”. También recalcó que los mayores no deben ser vistos como receptores pasivos, sino como participantes activos en la misión de la Iglesia, capaces de transmitir fe, sabiduría y esperanza a las nuevas generaciones.