En la parroquia San Francisco de Asís, en La Caleta, se reúnen cada mes para orar por sus hijos y los del mundo entero.
Por Marianne Colmenárez
En medio de los retos, incertidumbres o peligros que niños y jóvenes enfrentan cada día, un grupo de padres de familia ha optado por unirse en oración, convencidos de que la fe compartida sostiene la vida de sus hijos y la de muchos hogares.
El movimiento Orando por Nuestros Hijos anima a las familias a confiar a Dios la vida de sus hijos junto con la de los del mundo entero.
“Somos una comunidad de padres católicos convencidos del poder de la oración, nos mueve el amor inmenso que sentimos por nuestros hijos”, expresó Luz Dary Bedoya, impulsora de esta iniciativa en Panamá.

Un encuentro providencial
La historia comenzó en 2016 cuando Luz Dary, madre de tres hijas y residente en Panamá desde hace más de 30 años, visitó a su hermana en Florida. Durante una misa, una mujer se le acercó para invitarla a rezar el rosario por los hijos.
“Me impactó la sencillez y profundidad de las reflexiones de cada misterio. Al regresar, me sentí muy motivada, quise traer esa experiencia a Panamá”, expresó.
Luz Dary intentó abrir espacios, tocando la puerta de distintas parroquias hasta que el recordado sacerdote Rómulo Aguilar aceptó rezar el rosario en su casa junto a varias familias.
Tienen presencia en Estados Unidos, España, República Dominicana, Bolivia, Ecuador, Perú y Panamá.
“Luego, junto a mi amiga Ana de Watts, comenzamos a rezar en la iglesia San Lucas de Costa del Este. Antes de que los niños salieran de clases en el colegio San Agustin, invitábamos a los acudientes a rezar”, recordó. La experiencia duró solo tres meses.
En 2020, luego de numerosos encuentros virtuales, se unieron otras madres y solicitaron permiso al Arzobispado de Panamá para hacer el Rosario por Nuestros Hijos de forma presencial. Desde entonces, y gracias al apoyo del padre Jhassir Pacheco, cada último martes del mes, se reúnen en la parroquia San Francisco de Asís, en La Caleta.
Comenzaron siendo tres y ahora son más de treinta padres y madres que rezan cada martes, virtualmente o en el templo. También han abierto espacios de formación en temas como la familia, el duelo y el acompañamiento.
“Queremos que más padres, tíos, abuelos, amigos y vecinos se entusiasmen, que descubran por ellos mismos la fuerza de orar. Hemos visto frutos y sanaciones”, destacó Luis Prescott, uno de los papás que asisten a cada encuentro.

Unidos a un ministerio mundial
Este ministerio, fundado en 2007 en la iglesia de San Andrés, en Coral Springs, Florida, bajo la inspiración de Maritza Monroe, laica peruana comprometida, está presente en varios países y promueve que más familias se unan en oración por la salvación de sus hijos y por los niños de todo el mundo.
