El padre Fernando Fontane recordó que la ordenación se dio en el marco de la celebración de san Mateo, quien fue cobrador de impuestos, y el Señor lo llamó. Así mismo llamó al nuevo presbítero, y al responder, es lo que hoy atesora.
Por Elizabeth Muñoz de Lao
La Iglesia católica panameña está de fiesta. Un nuevo servidor de Cristo fue ordenado como presbítero el pasado sábado, 21 de septiembre, en la parroquia San Francisco de Paula, en La Chorrera.
Se trata de Fray Carlos Alberto Corcho Ramos, perteneciente a la Orden de san Agustín, quien de ahora en adelante, como testimonio vivo del amor del Señor, se entregará a la labor misionera y evangelizadora del pueblo de Dios.
Durante la celebración, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, también Agustino, agradeció a los progenitores del nuevo sacerdote, Carlos Alberto y Xiomara, así como a sus hermanos Marcos y Lorena, por ofrecerle a Dios lo más valioso de sus vidas, dando un ejemplo profundo de entrega y confianza en la voluntad de Él.
Le recordó al hoy presbítero que, obispos y sacerdotes son “sacramentos vivientes de Cristo sacerdote”, y que su misión no puede ser otra que hacer visible y actuante la misión sacerdotal de Jesús, anunciada en Isaías.
Asimismo, destacó que hoy tenemos una sociedad que no duda en condenar severamente a la Iglesia, por el pecado y la falta de transparencia de sus hijos religiosos y sacerdotes. En consecuencia, el ministro ordenado puede encontrar dificultades y resistencias para edificar una vocación alegre, misionera y confiada. “Sé que esto es difícil, pero no imposible”, resaltó el arzobispo, mientras lo invitaba a ser un apasionado por Dios y por el pueblo que se le confía, tal como san Agustín.
En tanto, el nuevo presbítero aseguró que su ordenación es motivo de gran alegría, no solo para la Orden de San Agustín, sino para la Iglesia Universal, porque ha nacido un nuevo sacerdote.
No es un tema de dignidad ni de honores, sino de estar siempre configurados con Cristo, y siempre al servicio de su Iglesia, especialmente de los más pequeños y necesitados.
Agradeció al párroco Rafael Ochomogo, por abrir las puertas de la parroquia San Francisco de Paula, la misma que lo vio nacer a la vida cristiana por medio del bautismo y que ahora es la que lo vio nacer al Orden de los presbíteros.
De la misma manera dio las gracias al padre Carlos De La Cruz, vicario regional del Vicariato Santo Tomás de Villanueva de Panamá y Costa Rica, y a todos los hermanos de la Orden porque en ella ha encontrado una nueva familia y un hogar, donde se dio su formación.
En tanto, su madre Xiomara dijo estar feliz y agradecida con Dios y la virgen María. “Esta decisión es el camino de salvación”, expresó, al tiempo que decía que no se imaginó que su hijo iba a ser sacerdote. “No hay palabras, es algo grandioso”, resaltó emocionada. Pide a los padres que dejen que los hijos atiendan ese llamado de salvación y que no teman por la decisión que ellos tomen.
