,

Unas 1500 personas acudieron a la Eucaristía en la Catedral

Unas 1500 personas acudieron a la Eucaristía en la Catedral

Una de las estructuras más emblemáticas por su significado espiritual e histórico, la Catedral Basílica Santa María la Antigua, tuvo su reapertura, ante unas 1,500 personas que acudieron para participar en la misa presidida por el arzobispo metropolitano, José Domingo Ulloa Mendieta, con motivo de este acontecimiento realizado el 2 de febrero pasado.

Destacó en su homilía el arzobispo Ulloa, el hecho de que por primera vez un Papa consagra el altar de una catedral en el continente americano, lo que quedará en la historia de la Iglesia Universal y en Panamá. Su Santidad Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud consagró el altar de la Catedral el pasado 26 de enero, luego que este templo se mantuvo cerrado por cerca de siete años.

Dirigiéndose a los jóvenes, les recordó que son la esperanza del hoy, “ustedes son los que pueden transformar una mejor sociedad y nuestra Iglesia”; y señaló que la recién JMJ permitió renovar nuestra esperanza.

A los que tienen poderes de decisión en los distintos ámbitos de la sociedad, político, económico, cultural y religioso les urgió dar apertura a la participación de la juventud, a escuchar lo que tienen que decir y a dejar de contaminarlos con nuestras malas mañas, recalcó Ulloa.

Monseñor les advirtió a los jóvenes que “no permitan que le apaguen sus sueños, no dejen que la atmósfera tóxica de algunos sectores los inmovilice, ustedes son el estímulo para derrumbar muros y restablecer los cimientos del Panamá que todos añoramos, que ha sido mostrado al mundo en su nobleza y en su grandeza durante la JMJ”.

Vida consagrada

El Arzobispo de Panamá, también se dirigió a los consagrados, resaltando las palabras del Papa Francisco, les recalcó “que aunque en las comunidades se aparenta normalidad, la fe se desgasta y se degenera, desilusionando con la realidad que no entienden o no creen”.

Por eso, los alentó a recuperar la pasión de estar enamorados de su vocación y de volver al pozo fundado del primer amor cuando Jesús pasó por su camino y fijó sus ojos en cada uno