Cuando alguien está embarazada, ella y todos los que lo rodean inician la preparación para recibir ese nuevo miembro de la familia que en unos meses llegará. Se preparan psicológicamente, ahorran, compran ropita, pañales, buscan todo lo necesario para ese bebecito que viene en camino.
En fin se preparan con alegría, con emoción cuentan los días para brindar amor, atención y mucha ternura. Así pues estos momentos son muy parecidos al “ADVIENTO”.
a liturgia de la Iglesia Católica da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, es el tiempo para prepararnos en una espera llena de esperanza y en el arrepentimiento para la llegada de Jesucristo.
Los cristianos católicos que viven activamente su fe se preparan no solamente para la natividad del Niño Dios, ya que todos los años se repite lo mismo: insta-lar el Nacimiento, el Árbol, la cena, los regalos… sino también para su segunda venida.
Nylaida González, joven de la parroquia Santa Risa de Cassia manifiesta que para ella es una oportunidad de ver a su familia unida nuevamente, se reúnen los cuatro domingos para orar y encender las velitas de la tradicional corona de adviento. El joven seminarista Eric Quirós asegura que este tiempo es ideal para meditar el misterio de la encarnación de Jesucristo, concretando esta misma meditación con acciones significativas. “Podemos llevar esperanza a niños que vivan en pobreza, compartir con los vecinos que estén enfermos o que vivan en soledad; y por supuesto vivir con mucha ilusión las actividades que se realizan en la parroquia”, afirmó.