Jóvenes indígenas, campesinas y afrodescendientes en extrema pobreza ven una luz de esperanza en esta obra.
Por Marianne Colmenárez
El próximo 27 de junio, las hermanas Oblatas celebrarán las bodas de plata del Centro de Formación para la Mujer CEF-MUJER. Un internado ubicado en la comunidad de Villalobos, en el que actualmente viven 20 muchachas entre adolescentes y jóvenes que aprovechan la oportunidad de participar en un programa de formación académica, espiritual y de valores.
La religiosa hondureña Jacky Vásquez ha tenido la misión de servir desde hace un año y tres meses a estas jóvenes panameñas, además de llevarlas y traerlas de la escuela se encarga de buscar recursos para el sostenimiento del centro.
“La mayoría son jóvenes de las comarcas de Veraguas, Bocas del Toro y Darién que viven en extrema pobreza, vienen de una realidad hostil que les desvaloriza en su dignidad. Buscamos ayudarles a que superen toda esa realidad de violencia en una nueva oportunidad de vida”.
Las religiosas sirven de acudientes en la escuela, les enseñan a realizar oficios domésticos, trabajos de campo y artesanías como medios de sobrevivencia. “La idea es que se conviertan en mujeres con valores que puedan apoyar a sus familias y comunidades de origen”, afirmó la hermana Doris Díaz, religiosa hondureña.
Anhelando ser una profesional
Iris Hernández llegó el año pasado al centro, no conocía la ciudad capital. Perdió a su madre cuando apenas tenía siete años. Su papá se convirtió en su principal apoyo, él la motivó a dar este importante paso en su vida.
“Mi papá me preguntó que, si yo estaba dispuesta a venir a la ciudad para estudiar y le dije que sí estaba preparada, el mismo me acompañó. Soy la hermana mayor de cuatro hermanos. Mi sueño es graduarme para ayudarles a que ellos también sean unos profesionales”, expresó.
La hermana Doris comenta que, además de la situación de extrema pobreza en la que viven se añade la dificultad de no tener escuelas cercanas a sus lugares de origen.
“Muchas tienen que caminar entre 4 o 5 horas para llegar a la escuela, cruzan quebradas o ríos que durante los meses de invierno se vuelven peligrosos por las crecidas, corren el riesgo de ser arrastradas por las fuertes corrientes o hasta sufrir maltratos y violaciones en los caminos que las llevan a las escuelas, por personas antisociales y sin escrúpulos”, dijo.
Voluntariado
Como vienen de familias sumamente pobres no les piden ninguna aportación económica. Las Oblatas son las responsables de conseguir todas las ayudas para el mantenimiento de la obra.
“El CEF MUJER se sostiene de la Providencia Divina, que cada día constatamos. Recibimos un aporte anual de fundaciones como la Lotería Nacional, Pro Niñez y Sus Buenos Vecinos. Estos aportes nos permiten cubrir gastos de alimentación, medicinas y alimentos. Todo el mantenimiento de la casa se logra gracias al aporte de personas sencillas con un corazón generoso”, manifestó la hermana Doris.
Desde sus inicios han contado con el apoyo de voluntarios en algunas actividades, como refuerzo escolar de matemáticas, inglés, computación, atención psicológica, en la parte de formación en valores.
“Algunos clubes cívicos también nos colaboran con servicios médicos gratuitos para atenderlas, en lo referente a la salud”.
Celebración
Las Oblatas decidieron adelantar el aniversario para el domingo 25 de junio, donde participarán junto a las jóvenes en una Eucaristía que celebrarán en la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en Villalobos a las 10:30 a.m.
Luego compartirán un delicioso almuerzo con los bienhechores de la obra, quienes podrán conocer de las mismas beneficiarias, el fruto de sus aportes.
Las hermanas Oblatas requieren de la solidaridad de todos para continuar la obra. Cuenta Bancaria #04-08-01-100200-4 Banco General/ Asociación Hermanas Oblatas del Corazón de Jesús.
